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Enfriar artificialmente el planeta podría ser peligroso

NASA WASHINGTON. (AFP) La inyección de partículas de sulfato en la estratosfera terrestre para combatir el calentamiento del planeta, como planean seriamente algunos científicos, podría dañar seriamente la capa de ozono, concluyó un estudio publicado el jueves en Estados Unidos.

"Intentar enfriar artificialmente el planeta (con inyecciones de sulfato en la alta atmósfera) podría tener efectos secundarios peligrosos (...) al destruir la capa de ozono", según el estudio, explicó Simone Tilmes, del Centro Nacional estadounidense de investigación atmosférica (NCAR), principal autora de esta investigación.

"En un momento en que el cambio climático representa una gran amenaza, son necesarias más investigaciones antes que nos lancemos en intentos de soluciones de geoingeniería", añadió. Sus trabajos aparecen en Science Express, la edición en línea de la revista estadounidense Science.

Esta científica explica que la inyección regular de sulfato en la estratosfera, que se sitúa entre 10 y 50 kilómetros de altitud, podría generar pérdidas importantes de ozono sobre el Ártico y retrasar de 30 a 70 años la reconstitución de la capa de ozono en la Antártida, donde hay un agujero.

El ozono es una molécula peculiar. En la base de la atmósfera es producida por la contaminación, sobre todo de los automóviles, y afecta la salud. En la estratosfera, donde se forma naturalmente, tiene por el contrario un efecto protector para la biosfera bloqueando los rayos solares UV-B responsables del cáncer de piel.

En los últimos años, climatólogos estudian enfoques de geoingeniería para enfriar el planeta y minimizar los efectos más graves del calentamiento global, atribuido a la acumulación de gases de efecto invernadero. Estas medidas buscan completar los esfuerzos realizados para reducir las emisiones de estos gases

Una de las ideas más debatidas y analizadas por Paul Crutzen, ganador del premio Nobel de química, consistiría en inyectar regularmente grandes cantidades de partículas de sulfato en la estratosfera para bloquear los rayos solares y enfriar la superficie del globo.

Este enfoque se inspira en las erupciones volcánicas, que contienen grandes cantidades de partículas de azufre y que en el pasado hicieron bajar las temperaturas de la Tierra varias veces.

Pero en la medida en que estas erupciones también disminuyeron temporalmente la capa de ozono en la estratosfera, Simone Tilmes y su equipo analizaron mediante modelos informáticos el impacto que producirán grandes cantidades de sulfato en la estratosfera

Estos modelos mostraron que las inyecciones artificiales de sulfatos destruirían probablemente entre 25 y 75% de la capa de ozono sobre el Ártico, afectando a gran parte del hemisferio norte, debido a la circulación atmosférica.

El impacto sería sin duda menor en la segunda parte del siglo XXI gracias a los acuerdos internacionales que prohíben la producción de químicos que destruyen el ozono. Concretamente los clorofluorocarbonos (CFC), utilizados en aerosoles y sistemas de refrigeración.

Financiaron esta investigación la Academia Nacional de las Ciencias estadounidense, la NASA, y agencias públicas europeas.

FUENTE: Agencia AFP

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