Un grupo de investigadores brasileños identificó en experimentos con ratones de laboratorio un conjunto de genes que hacen a su portador susceptible al desarrollo de la artritis reumatoide, informaron hoy fuentes oficiales.El descubrimiento, en caso de que se confirme también en humanos, permite pensar en el desarrollo de pruebas genéticas para prever la enfermedad y en terapias para tratarla, según la Fundación de Apoyo a la Investigación en el Estado de Sao Paulo (Fapesp), entidad que financió el proyecto.
Los genes vinculados a la artritis reumatoide, una enfermedad inflamatoria crónica y autoinmune que afecta principalmente las articulaciones, fueron identificados por científicos del Instituto Butantan, un centro científico vinculado al Gobierno del estado de Sao Paulo.
"La identificación de genes susceptibles ofrece varias opciones de acción. Podemos intentar regular su funcionamiento con medicinas o por medio de técnicas de genética molecular para intentar reducir la severidad de la artritis", explicó Marcelo De Franco, investigador del Instituto Butantan y coordinador del proyecto.
"Los genes también pueden servir como marcadores genéticos para pronosticar la enfermedad y orientar el tratamiento", agregó el investigador en declaraciones citadas en un comunicado de la Fapesp.
Los resultados de la investigación fueron destacados en la última edición de la revista científica internacional PLoS One.
Según los investigadores, en los ratones que poseen los genes identificados, es decir genéticamente predispuestos a desarrollar artritis, el propio sistema inmunológico ataca las membranas sinoviales, que protegen las articulaciones.
"Nadie sabe exactamente cómo se desarrolla el proceso de la artritis, pero sabemos que hay personas más susceptibles. Lo que intentamos descubrir con el modelo experimental en ratones fueron los factores genéticos que confieren esa predisposición", según De Franco.
El investigador explicó que, pese a que humanos y ratones tienen números de cromosomas diferentes, la ciencia ya conoce las regiones cromosómicas de cada especie en que es posible hacer un paralelo.
"El próximo paso es investigar mejor la interacción entre esos genes; descubrir exactamente cómo ellos regulan la respuesta inflamatoria y comenzar a validar los descubrimientos en modelos humanos", agregó.