Aunque el reputado Leonardo DiCaprio ha salido derrotado de todas las ceremonias de los premios Óscar a las que ha asistido, el peor de sus recuerdos no tiene nada que ver con las estatuillas doradas que se le han escapado de las manos, sino con el nerviosismo que sintió en su primera aparición durante la gala de 1994. Nominado en la categoría de mejor actor de reparto, el actor no pudo evitar verse invadido por la ansiedad ante la mera posibilidad de tener que subir al escenario a recoger un galardón, un miedo escénico que afortunadamente ya ha desaparecido de su vida; no así su mala racha en los premios de cine por excelencia.
FUENTE: ShowBiz