Con el objetivo de demostrar que es una actriz todoterreno, Emma Watson dedicó los tres meses previos al rodaje de la adaptación del clásico de Disney a preparar a fondo su personaje de Bella, un papel que no solo le requería afinar sus habilidades con el baile y el cante, sino que también le obligó a destinar varias horas a la semana a la equitación.
A pesar de la ajetreada agenda que llevó durante las intensas semanas de entrenamiento, la joven británica no dudaría en repetir la enriquecedora experiencia que también le sirvió para ganar confianza en sí misma a la hora de cantar en público y delante de las cámaras.
FUENTE: Showbiz