El sector cultural belga sigue buscando fórmulas para enfrentarse a la situación generada por la pandemia y, una de ellas, ideada por la Feria de Arte de Bruselas (Brafa), ha adoptado la forma de una exposición híbrida, que permite ver las piezas tanto físicamente como en línea.
Para su 66ª edición, que dio comienzo este miércoles y se prolongará hasta el domingo, Brafa ofrece una visita virtual -la opción por la que se han inclinado muchas otras ferias en todo el mundo-, pero también la posibilidad de visitar espectáculos especiales en las galerías que puedan abrir sus puertas, según recogen los medios belgas.
En total, 129 galerías de 14 países diferentes permitirán a los amantes del arte hacer una suerte de gira desde Bruselas hasta Moscú, con paradas en Ginebra, Milán, Londres y Nueva York, entre otras ciudades.
No obstante, para la parte física, los participantes ofrecen en sus galerías, repartidas en 38 ciudades, una exposición que tiene como objetivo “restaurar el placer del contacto directo entre coleccionistas y obras de arte”, según los organizadores.
De este modo, cada “visitante” puede disfrutar de una página personal a través de la cual puede acceder a hasta nueve obras de arte, pudiendo elegir por país, ciudad, galería o especialidad e, incluso, hay vídeos introductorios que muestran a los interesados una parte de su selección.
Un cuadro de Pierre Brueghel, una máscara de momia romano-egipcia e, incluso, la tetera belga más antigua conocida hasta la fecha, elaborada en 1703 por el orfebre de Lieja Lambert Englebert se encuentran entre los más de 950 objetos que ofrece Brafa en esta particular edición, en la que hay cerámica, muebles, arte africano o asiático, manuscritos, diseños del siglo XX, esculturas o cómics.
En concreto, Bruselas alberga a más de un cuarto de los expositores en 37 galerías, mientras que otras ciudades y municipios belgas también presentan diferentes piezas: por ejemplo, en Knokke-Heist, el arte contemporáneo, mientras que en seis galerías de Amberes hay textiles y muebles europeos.
La localidad de Wijnegem ofrece objetos de diseño, arqueológicos y antiguos, mientras que en el municipio de Ath, se puede descubrir la porcelana de los siglos XVI al XVIII.
La colección se completa con dibujos, pinturas y esculturas en Gante y Laethem-Saint-Martin y con tapices antiguos en Malinas.
LA VENTAJA DE LO FÍSICO
Muchas de las ferias de arte en todo el mundo se han celebrado, obligadas por las circunstancias sanitarias, de forma virtual. Sin embargo, la posibilidad de interactuar, esencial en eventos de este tipo, es un factor ausente en el formato en línea.
No obstante, según expertos, esto también aborda una dimensión económica, pues el precio de un "stand" en una feria virtual es menor que el coste que implica la participación real en una feria, que incluye gastos de viaje, alojamiento, seguros y entretenimiento.
Además, las ventas también se ven afectadas, dado que algunos coleccionistas importantes prefieren esperar antes de comprar una obra que solo pueden ver a través de una pantalla.
Es por ello que se ha puesto en marcha este formato que permanecerá abierto hasta el domingo, de 11 de la mañana a 6 de la tarde (10.00 a 5.00 GMT) para su público.
FUENTE: EFE