Un rascacielos de madera puede parecer una locura, pero no tiene por qué llegar a construirse: basta con imaginarlo para adaptar mejor ese material en los edificios corrientes, según el arquitecto canadiense Michael Green.
Presidente del jurado de un concurso internacional de arquitectura celebrado esta semana durante el Congreso Forestal Mundial celebrado en Durban (Sudáfrica), Green ha llegado a idear cómo sería el Empire State de Nueva York en madera, pero no considera que haya que llevarlo a la práctica.
"Ahora que sabemos que podemos hacerlo, no creo que se deban construir tantos rascacielos. Como arquitecto, pienso que hay que crear ciudades de edificios no tan altos donde la gente pueda vivir, interactuar socialmente y crecer", afirma a Efe.
Green explica que si ha proyectado ese tipo de rascacielos ha sido para investigar nuevas herramientas y crear soluciones técnicas que puedan ser empleadas en la arquitectura del día a día.
Así se podrán mejorar la seguridad de los edificios, los sistemas de prevención de incendios y otras cuestiones de ingeniería, agrega el canadiense, que compara estos avances con las aplicaciones prácticas que han tenido las investigaciones en la industria automovilística o en el espacio.
Green, cuyo discurso en 2013 en la famosa plataforma de ideas TED tiene más de un millón de visitas en internet, aboga por diseñar simplemente algunos prototipos de rascacielos con el objetivo de "cambiar la percepción del público sobre lo que es posible".
Esa misma idea persigue el certamen internacional de arquitectura organizado en Durban, al que se presentaron más de doscientos proyectos de sesenta países.
Uno de los premios lo compartieron la estudiante sudafricana Ayla Harvey y el equipo estadounidense Koura Studios/ARUP por dos obras que, según el jurado, reflejan el espíritu sudafricano y son ejemplo de innovación forestal.
Aunque sus ideas no se materializarán en edificios reales, al menos han servido para "ayudar a la gente a soñar", recalca Green.
Y es que en la "era del cambio climático", el arquitecto apuesta por cambiar de mentalidad y asegura que "sería irresponsable construir con materiales que incrementan las emisiones de gases de efecto invernadero".
La madera es un material renovable, que no necesita la mano del hombre para crecer y que puede reducir la huella de carbono en la atmósfera si su obtención se gestiona de forma sostenible, evitando la deforestación, apunta.
Si actualmente no se utiliza tanto este material es porque el ser humano "se olvidó" de ella, sostiene Green, que detalla que a finales del siglo XVIII hubo muchos incendios en ciudades hechas de madera y posteriormente la era industrial la sustituyó por otros materiales de construcción como el acero y el hormigón.
"Nos hemos rodeado de materiales hechos por el hombre, químicos y contaminantes. No creo que podamos vivir tanto tiempo en este ambiente artificial, ya que estamos biológicamente conectados a la naturaleza y deberíamos aprender más de ella", destaca.
Para Green, que se declara fascinado por la madera y que empezó a manejarla con sus manos desde pequeño, esa materia "única y hermosa" se ha usado mucho en el campo, si bien cada vez se observa más en el paisaje urbano, donde "se pueden hacer grandes edificios seguros" sin necesidad de hormigón.
La clave -insiste- está en la innovación, teniendo en cuenta que "ya no se construye con madera igual que hace cien años", y en complementarla con mecanismos que permitan cortar árboles y replantarlos respetando el medio ambiente.