Uber anunció el martes que por primera vez va a permitir que los clientes puedan dar propinas a los choferes en Estados Unidos, parte de una estrategia para volver a definirse como una empresa humana y con consciencia.
Aparte de la opción para dar propina con un solo toque en su aplicación, la empresa de servicio de taxis particulares está dando a los choferes la oportunidad de hacer más dinero de otras maneras.
A los usuarios se les cobrará por minuto si es que dejan a un carro esperando por más de dos minutos. Uber también reducirá el tiempo que un usuario tiene para cancelar su pedido y evitar el cargo de cancelación de cinco dólares, de cinco a dos minutos después de que se pidió el taxi.
Uber no se quedará con nada de la propina que les den a los choferes. La empresa con sede en San Francisco seguirá quedándose con parte del cargo de cancelación, así como del nuevo cargo de tiempo de espera.
La opción para dar propina, que desde hace mucho está disponible en la aplicación de su rival Lyft, estará disponible a partir del martes en las ciudades de Seattle, Houston y Minneapolis. Uber planea ampliar esto a todas las ciudades estadounidenses para fines de julio. Las otras funciones estarán disponibles a partir de agosto.
El esfuerzo para mejorar la relación a veces encontrada con sus choferes es parte de una estrategia amplia para revertir el daño que la reputación de Uber sufrió tras revelaciones de acoso sexual en sus oficinas, alegatos de robo de secretos comerciales y una investigación sobre sus acciones para engañar a reguladores del gobierno.
"Estos conductores son nuestros socios más importantes, pero no hemos hecho un buen trabajo para honrar esa sociedad", dijo Rachel Bolt, manager general de Uber en Canadá y Estados Unidos. Holt es parte del equipo de liderazgo que dirige Uber ahora que el director general de la compañía Travis Kalanick está de licencia.
En los últimos ocho años, Uber estableció el servicio de taxi particular más grande del mundo, pero también la reputación de tener tácticas crueles que ocasionalmente indignaron a reguladores del gobierno, sus choferes, sus clientes e incluso a sus propios empleados.
FUENTE: AP