La compañía aérea Ryanair anunció este jueves haber cerrado un acuerdo con un sindicato de pilotos irlandés que puede poner fin a un conflicto que desencadenó cinco días de huelga este verano en Europa.
La empresa irlandesa precisó que sus pilotos con sede en Irlanda deben pronunciarse sobre el acuerdo tras una maratoniana reunión de 22 horas que concluyó el jueves por la mañana.
La compañía de bajo coste tuvo que afrontar el 10 de agosto su primera huelga paneuropea de pilotos, con paros no solamente en Irlanda, sino también en Alemania, Bélgica, Suecia, y Holanda.
El acuerdo cerrado con el sindicato irlandés no pone fin al conjunto de los conflictos que opone a la compañía y sus empleados en Europa. Pero si es votado por los pilotos con base en Irlanda tendría un carácter simbólico para la dirección de Ryanair, que mostraría su capacidad para entenderse con sus empleados en su país de origen.
El conflicto con los pilotos irlandeses se había empantanado en las últimas semanas, hasta tal punto que Ryanair anunció el 25 de julio una reducción del 20% de su flota en Dublín este invierno boreal. De llevarse a cabo, ello amenazaría los empleos de 100 pilotos y de 200 miembros del personal de cabina en Irlanda.
El contenido del acuerdo anunciado el jueves entre la dirección y el sindicato de pilotos no ha sido revelado de momento.
Tras este anuncio, la acción de Ryanair ganaba este jueves 5,59% a 13,88 a media mañana en la bolsa de Dublín,
"Ello podría poner fin a las perturbaciones, tras cinco huelgas de un día desde el principio del mes de julio" en Irlanda, explicó Neil Wilson, analista de Markets.com. "Este acuerdo permite augurar que la dirección podría resolver los conflictos en otras partes de Europa".
Ningún acuerdo ha sido sin embargo anunciado en los cuatro países donde los países iniciaron la huelga el 10 de agosto.
El malestar en Ryanair ya provocó un primera movilización europea, a fines de julio, cuando el personal de cabina en España, Italia, Portugal y Bélgica se puso en huelga. Unos 600 vuelos fueron anulados, afectando a 100.000 pasajeros.
De forma general los sindicatos reprochan a la compañía su política de empleo, el recurso a contratos precarios y al dumping social. La empresa rechaza esas acusaciones, y afirma pagar mejor a sus empleados que sus competidores, lo que niegan los trabajadores de la empresa.
Ryanair nació en los años 1980 y se impuso poco a poco como una compañía de bajo coste esencial en el transporte aéreo de pasajeros en Europa, donde se ha convertido en líder.
Pero un creciente descontento se ha manifestado entre su personal, muchos de sus integrantes hartos de tener un empleo según estructuras de autoemprendedores de derecho irlandés, y no mediante un contrato directo que dependa del lugar de residencia.
Estas tensiones sociales estallaron en septiembre de 2017, cuando un grave problema de planificación de los pilotos condujo a la anulación de miles de vuelos. Esta crisis obligó a Ryanair a iniciar negociaciones formales con los sindicatos, algo que la compañía había rechazado hacer hasta entonces.
FUENTE: AFP