La actriz Vanessa Hudgens sintió cómo la dureza del personaje al que había dado vida en la película 'Gimme Shelter' -una adolescente embarazada y sin hogar- había afectado a su carácter. "No sabía realmente quién era, Vanessa se había ido. Llegué a casa y estaba completamente hecha polvo. Mi mejor amiga se sigue preocupando por mí cuando recuerda ese día porque estaba hecha un lío. No me sentía cómoda en situaciones sociales y mi autoestima estaba muy baja porque no tenía pelo y había engordado mucho, así que físicamente no me sentía atractiva, y además estaba soltera. ¡Pero las extensiones son sin duda el remedio perfecto para aumentar la autoestima al instante!", comentó la joven intérprete a la revista Flare.
Vanessa, que ganó seis kilos para la película, cortó su melena ante la cámara durante el rodaje y disfrutó del reto de transformarse en 'mugrienta y fea'."Cuanto más mugrienta y fea estaba, más disfrutaba", explicó.Lo que le costó bastante más fue sin duda el momento del parto. Fue tal el realismo que Vanessa puso en la secuencia, que sus venas se hincharon alarmantemente. "Se me marcaban los vasos sanguíneos del cuello y de la cara por el esfuerzo de empujar tan fuerte", explicó.
FUENTE: SHOWBIZ