Por caprichos del destino o de los guionistas, los dos trabajos más relevantes de Richard Madden para la pequeña pantalla, los mismos que le han convertido en uno de los actores de moda, requerían que se quitara la ropa frente a las cámaras: primero en el papel de Rob Stark en "Juego de tronos" y más tarde como el sargento David Budd en el drama político "Guardaespaldas".
Aunque sus abdominales le han hecho ganar una legión de fans, él no termina de sentirse cómodo con esa popularidad al considerar que está contribuyendo a perpetuar unos estándares físicos poco realistas e inalcanzables para la mayor parte del mundo.
"Estamos proyectando una imagen corporal muy poco realista. Muchas veces me veo rodeado de amigos que también son actores, después de que todos hayamos pasado por esa fase de entrenar dos veces al día, sin apenas comer y sin probar los carbohidratos para rodar ese tipo de escenas. Y al final acabamos mirándonos los unos a los otros y diciendo: "Estamos fomentando esa misma mi**da en la que no creemos"", ha reconocido en una nueva entrevista a la revista Vogue para aclarar que las estrellas masculinas también viven sometidas a los mismos cánones de belleza imposibles que sus compañeras.
"He tenido un montón de trabajos en los que me han pedido que perdiera peso y fuera al gimnasio. No le sucede solo a mujeres, los hombres nos enfrentamos a eso mismo todo el tiempo".
En su caso, ha acabado por rechazar quitarse incluso la camisa en sus proyectos profesionales a no ser que sus responsables sean capaces de convencerle que es totalmente necesario para el desarrollo de la trama.
FUENTE: Showbiz

