Este martes por la noche se ha emitido en su totalidad la esperada entrevista que Cristiano Ronaldo concedió a la televisión británica, en la que se sincera como rara vez ha hecho acerca de su vida personal, sus planes de futuro o las graves acusaciones realizadas en su contra por una modelo, que aseguraba que la había violado en una habitación de hotel de Las Vegas en 2009 .
Las dos partes firmaron un acuerdo de confidencialidad un año después que estipulaba que ella recibiría más de 300.000 dólares a cambio de no hablar nunca en público de ese asunto y finalmente en julio, cuando la presunta víctima ya había retirado la demanda que interpuso en 2018, la fiscalía del distrito del condado de Clark decidió no presentar cargos contra el deportista por falta de pruebas.
Pese a esa resolución del caso en su favor, Cristiano ha reconocido ahora que se sintió muy "avergonzado" a lo largo del proceso, ya que temía que su hijo mayor es padre de cuatro, pero los tres menores tienen todavía uno y dos años pudiera escuchar lo que decían de su padre en las noticias.
Esa experiencia es una de las muchas razones por las que a día de hoy se rodea de un grupo muy reducido de allegados e incluso dentro de ese círculo tiene mucho cuidado con la información que comparte de su vida privada.
"No voy a dar nombres, porque me parece que no sería justo, pero creo que solo hay cuatro personas en este mundo en las que confíe al cien por cien. Tengo amigos muy cercanos, claro, y a mi familia, pero solo hay cuatro personas que cuenten con mi confianza absoluta. Así es la vida...", ha reconocido.
En la conversación que ha mantenido con el periodista Piers Morgan, Cristiano también ha admitido que cada vez le resulta más duro sobrellevar su inmensa popularidad y el hecho de que no pueda salir a la calle sin que se forme un revuelo a su alrededor.
"Ser yo es muy aburrido. Hay una parte que resulta fantástica, por supuesto, pero todo eso de salir en los periódicos y en la televisión y ser famoso... después de quince años viviendo así, lo único que quieres es algo de privacidad", apunta.
"A lo largo de la última década he perdido por completo mi derecho a la intimidad. Ni siquiera he podido ir nunca con mis hijos al parque. Si se me ocurriera hacerlo, empezaría a aparecer mucha gente y entonces mis niños y mi novia se pondrían nerviosos, y yo sufro por ellos. Cuando estás en un lugar público no puedes comportarte con naturalidad, y eso acaba cansándote. Me gustaría volver a sentirme libre".