Sin duda alguna, el dormitorio es nuestro lugar favorito y a la hora de decidir decorarlo, sin saberlo revelamos gran parte de nuestra personalidad. ¿Te has preguntado por qué escogiste ese color escandaloso u opaco para tu cuarto? Aquí te lo decimos.
Colores cálidos. Tonos como el naranja y el amarillo son relacionados con la vitalidad y la alegría. Si estos colores son los que cubren tu espacio, lo más seguro es que seas una persona súper amigable y muy apegada a tu familia.
Colores fríos. Provocan la sensación de serenidad, recogimiento, pasividad, el sentimentalismo, la sensación de frío. También evocan la lejanía, la cautela, y en gran cantidad producen efecto de amplitud, agrandan los espacios. Si este es tu caso, eres una persona introvertida y no posees mucha paciencia. Los colores son los azules y violetas.
Colores brillantes. Los colores como rubí, esmeralda y topacio, revelan una personalidad extrovertida y creativa.
Colores neutrales. Tonos como el mármol, granito, gris, café y beige, evocan un ambiente clásico. Si te atraen estos tonos en tu habitación, seguramente eres más práctica y odias complicarte la vida. Es por eso que eliges los colores que van bien con todo: es una buena idea si quieres combinarlos con muebles y accesorios de tonos vivos.
¿Cuál color tienes en tu cuarto?, ¿Coincide contigo?. Recuerda que también los colores influyen en nuestro estado de ánimo y pueden ayudarte o perjudicar tu personalidad.