Moscú Internacionales -  14 de agosto de 2012 - 13:41

Putin, cien días de involución

Moscú, ( EFE ). El presidente ruso, Vladímir Putin, cumple hoy cien días en el cargo, plazo durante el que ha desandado algunas de las reformas introducidas durante su ausencia del Kremlin y apretado más si cabe las tuercas a la oposición no parlamentaria.

" El anarquismo nunca ha traído nada bueno ", aseguró Putin al defender la promulgación de sendas leyes que restringen la libertad de manifestación, la labor de las ONGs y la actividad en internet.

Desde que regresó al Kremlin el pasado 7 de mayo tras cuatro años de paréntesis como primer ministro, Putin ha demostrado que no está dispuesto a cambiar un ápice su ideario debido a las multitudinarias protestas opositoras o a las crecientes críticas occidentales.

No sólo eso, sino que una y otra vez ha desautorizado de palabra o de obra a su predecesor y nuevo jefe de Gobierno, Dmitri Medvédev, cuyo futuro político ha quedado muy en entredicho y cuyas tímidas promesas de cambio han quedado reducidas a cenizas.

Y es que son muchos los oficialistas que culpan a Medvédev de dar alas con su verborrea liberal a la oposición, a la que las denuncias de fraude electoral han aglutinado en torno a un lema común: "Rusia sin Putin".

Los analistas auguraban un Putin pragmático que durante los próximos seis años en el Kremlin centraría todas sus energías en prevenir una segunda ola de crisis, cumplir las promesas electorales de mejora del estado del bienestar y suavizar el impacto del inminente ingreso en la OMC.

No obstante, iban muy descaminados, ya que el líder ruso tenía entre ceja y ceja la intención de frenar en seco el ímpetu contestatario de los nuevos enemigos del pueblo -oposición, ONGs y blogueros- con varias leyes más propias de una dictadura que de una democracia.

"Al garantizar a una parte de sus ciudadanos el derecho a la expresión en actos callejeros, la sociedad también debe protegerse a si misma y a sus conciudadanos del radicalismo", afirmó.

Antes de que la oposición pudiera reanudar las protestas, Putin promulgó una ley que endurece notablemente las multas contra los que infrinjan las normas durante mítines y marchas de protesta y que, según la oposición, restringe la libertad de manifestación.

Putin comparó la ley con las vigentes en otros países europeos y recomendó a la oposición expresarse no en las calles, sino a través de la formación de nuevos partidos políticos merced a la nueva ley que simplifica notablemente su registro.

"Ahora, un grupo de 500 personas puede crear un partido político (...) y allí expresar abiertamente su postura y luchar por los ideales que consideran correctos", dijo.

Mientras, el número de presos políticos ha aumentado notablemente en los últimos meses debido a los procesos penales abiertos contra los opositores que se enfrentaron a la policía antidisturbios en las protestas de mayo.

No contento con eso, Putin, que acusa a Occidente de dar alas y financiar a la oposición, aprobó otra ley que obliga a registrarse como "agentes extranjeros" a aquellas ONGs que reciben financiación desde el exterior y participan en la vida política.

"¿Por qué ellos (EEUU) pueden defenderse de esa forma de la influencia exterior durante décadas con esa ley y nosotros en Rusia no podemos hacerlo?", señaló, en alusión a una ley análoga que está en vigor en EEUU desde 1938.

Las ONG afectadas, algunas de las cuales ya se han negado a acatar la ley, lo que les podría costar una pena de cárcel, deberán rendir cuentas a través de una auditoría contable anual y presentar informes semestrales sobre su actividad.

Entre otras medidas, Medvédev decidió el pasado año derogar el artículo del código penal que tipificaba la difamación y la calumnia como delitos penales, decisión aplaudida por la oposición.

Pues, meses después Putin restableció sorprendentemente la medida que impone fuertes multas a los transgresores y, según la oposición, busca acallar cualquier crítica a los funcionarios del Gobierno y de la Judicatura.

Internet, único reducto opositor debido al monopolio oficial de la televisión, tampoco es inmune a la campaña, como quedó demostrado con la nueva ley sobre información que prevé la elaboración de una lista negra de páginas web, algo visto como un pretexto para perseguir a los portales opositores.

Con todo, el mejor indicador de la enrarecida atmósfera actual es el juicio a tres componentes del grupo punk Pussy Riot, que podrían ser condenados a varios años de cárcel por cantar contra Putin en la catedral Cristo Salvador de Moscú.

"Madre de Dios, echa a Putin", rezaba la canción, que indignó a la Iglesia Ortodoxa Rusa, que se niega a perdonar a las tres jóvenes radicales, mientras la oposición compara el proceso con la Inquisición.

Pasan los años y Putin mantiene su fe ciega en el sistema de "ordeno y mando" que él creo supuestamente para evitar la desintegración del país, pero sus críticos están convencidos de que conducirá a Rusia a un callejón sin salida.