Un niño brasileño de 10 años sobrevivió después de caerse de un árbol y quedar incrustado en una barra de acero de 60 centímetros (2 pies) de longitud que le entró por la axila izquierda y salió cerca de la oreja derecha.
Los médicos dijeron el viernes a Globo TV que consideran un milagro que Weverton Silva no haya muerto. La barra que se le incrustó de un lado a otro del cuerpo pasó muy cerca de una arteria y del corazón en el accidente ocurrido la semana pasada en Río de Janeiro.
El niño estaba en una rama de un árbol de guayaba cuando ésta se quebró y él cayó encima de una pared sobre la cual sobresalía la barra de acero.
Los bomberos llevaron a Weverton al hospital, donde se requirieron cinco horas para retirarle la barra completa, dijo el doctor Rodrigo Chicralla. Los médicos le dieron de alta el viernes.
FUENTE: Associated Press