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Príncipe Enrique visita adictos al crack en Brasil

El príncipe Enrique visitó el jueves a adictos al crack en uno de los barrios marginados de la ciudad de Sao Paulo para aprender de un programa que busca frenar la epidemia de la droga que azota a Brasil.

La visita fue parte de su gira por el país en medio de la Copa del Mundo, donde también logro ver dos juegos y recorrer otro centro que ayuda a jóvenes en situación de pobreza, así como un hospital y un proyecto de reforestación de la mata atlántica.

El cuarto en línea al trono británico se paseó el jueves por las calles del centro de la ciudad cerca de una estación de tren donde vagabundos duermen en los accesos de edificios altos o en parques bajo las palmeras.

La visita real alborotó a docenas de personas en la zona conocida como "Cracolandia" y forzó a la policía a montar un fuerte operativo de seguridad.

Algunos de los que se reunieron eran miembros de una iniciativa de la alcaldía de Sao Paulo que alberga, alimenta y ofrece empleos de medio tiempo a los adictos para sacarlos de las drogas. Mujeres descalzas y con pipas improvisadas para fumar crack gritaban que querían acercarse más al príncipe mientras reclamaban por la falta de empleo.

El príncipe realizó la visita con el alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad. Algunos participantes del programa para adictos al crack llamado Brazos Abiertos voltearon los botes con los trabajan recogiendo residuos para lograr ver al príncipe entre el tumulto.

"Es algo diferente para nosotros. Sólo lo vemos por televisión, entonces nos pone contentos que ahora venga hasta nuestra casa y a 'Cracolandia''', dijo sorprendido Fabio Pereira, un hombre de 33 años que fue adicto al crack por 10 años y tiene seis meses en el programa de apoyo.

Helio Roque utilizó como plataforma para ver al príncipe su bote de basura verde con el que limpia las calles cuatro horas al día por unos 7 dólares diarios.

El príncipe Enrique también posó en fotografías con varios de los adictos en recuperación. Algunos de ellos dijeron que el príncipe habló por medio de un intérprete de lo mucho que disfrutaba hasta ahora de su viaje por Brasil y añadió que estaba algo cansado por lo ocupada que había estado su agenda.

Hasta ahora, el programa Brazos Abiertos ha registrado a 422 beneficiarios, de los cuales 122 ya están en rehabilitación. Los participantes obtienen trabajo de medio tiempo, tres comidas al día y albergue en hoteles de la zona. Muchos de ellos dicen que anteriormente vivían en la calle y no tenían empleo.

Autoridades de la ciudad de Sao Paulo dijeron que el príncipe no prometió ningún apoyo y sólo venía a aprender sobre la iniciativa y el impacto que ha tenido en la región.

"La idea era entender cómo está funcionando el programa, cómo repercute el programa en las personas beneficiadas", dijo Luciana Temer, secretaria de Desarrollo Social de la ciudad de Sao Paulo.

Agregó que "estamos aquí rompiendo un paradigma importante de combate a la drogadicción. Estamos caminando por un camino diferente a la represión. La divulgación de esta experiencia de Sao Paulo con la visita del príncipe Enrique para nosotros es muy importante".

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