Tras doce años de sospechas sobre si el programa atómico iraní es pacífico o no, la comunidad internacional y Teherán tienen desde hoy casi tres semanas por delante para intentar cerrar un acuerdo que despeje de una vez las dudas.
Viena acoge desde hoy la sexta ronda negociadora en lo que va de año, durante la que las partes tienen que dar el último impulso para cumplir la hoja de ruta pactada el pasado noviembre: cerrar el 20 de julio un acuerdo que dé garantías de que Irán no puede ni quiere desarrollar el arma nuclear.
"Vamos a trabajar de forma extremadamente dura hasta entonces para tratar de alcanzar un acuerdo global", declaró hoy en Viena Michael Mann, portavoz de la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, que coordina el grupo internacional.
Su interlocutor, el ministro de Exteriores de Irán, Mohamed Yavad Zarif, también reconoció la importancia de esta cumbre.
"Esta ronda de negociaciones es la última antes del 20 de julio y vamos a intentar alcanzar un acuerdo", dijo el ministro a su llegada hoy a la capital austríaca, según la agencia iraní IRNA.
Si en junio se comenzó con la redacción de un borrador, el objetivo ahora es salvar las grandes diferencias.
Tal y como lo definió Mann ante la prensa, se trata de "eliminar los paréntesis" que abundan en ese texto preliminar.
Aún hay que decidir a qué ritmo se levantarían las sanciones económicas a Irán, en caso de un acuerdo.
También queda por definir el régimen de controles al que se sometería al programa atómico iraní y, el verdadero nudo gordiano de la negociación: establecer la cantidad y pureza del uranio enriquecido que se permite producir a Irán.
Las grandes potencias pretenden limitar al máximo el acceso de Irán a este combustible nuclear, ya que se puede usar tanto para alimentar centrales atómicas como para fabricar armas nucleares.
Zarif volvió a advertir hoy de que apretar demasiado las tuercas a Teherán puede dar al traste con la negociación.
"Cualquier demanda excesiva detendría el proceso negociador y no vamos a aceptarlo", aseguró el ministro iraní.
El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, afirmó ayer en un artículo publicado en el diario "The Washington Post" que Irán no debe desperdiciar lo que calificó de "oportunidad histórica" para alcanzar un acuerdo.
Rechazó que Occidente plantee demandas excesivas y alertó de que, en caso de un fracaso en Viena, las sanciones se intensificarán de nuevo e Irán volverá al aislamiento internacional.
Zarif y Ashton tenían previsto encontrarse hoy para acordar el formato y el calendario de los próximos encuentros.
Casi con toda probabilidad, mañana tendrá lugar la primera sesión plenaria, que sentará en la mesa a Irán y al grupo 5+1, formado por Estados Unidos, China, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania.
Se celebrarán tanto reuniones multilaterales como encuentros bilaterales y de coordinación interna del grupo 5+1
Aunque la previsión oficial es que los contactos terminen el próximo día 15, tanto Estados Unidos como la UE han afirmado que ese calendario puede cambiar en función de cómo avancen las conversaciones.
El objetivo del acuerdo es limitar el programa nuclear iraní para asegurar que Teherán no está en disposición de lograr a corto plazo fabricar una bomba, al tiempo que se le garantiza su derecho a usar la energía atómica con fines civiles.
Desde que en 2002 se revelara que Irán había desarrollado un programa atómico clandestino, la ONU trata de aclarar si en algún momento, pasado o presente, su intención es militar.
Así lo temen Estados Unidos y sus aliados europeos, mientras que Teherán niega cualquier aspiración militarista y asegura que sus esfuerzos nucleares sólo pretenden generar energía y desarrollar aplicaciones científicas, como en la lucha contra el cáncer.