El primer ministro escocés Alex Salmond ha tratado de aliviar los temores de repercusiones contra los opositores a la independencia en caso que la campaña por el Sí gane el referendo próximo.
"El día después de un voto a por el Sí dejará de haber una campaña en contra y una a favor, sólo habrá el Equipo Escocia. Abordaremos el éxito del Sí con magnanimidad para todos", dijo Salmond el sábado.
El premier habló después que el ex vicepresidente del Partido Nacionalista, Jim Sillars, dijo a sus partidarios que habría "una hora de la verdad con BP (British Petroleum) y los bancos" después que las instituciones petroleras y financieras advirtieron esta semana sobre la independencia.
El sábado ha sido el día más importante de campaña política que Escocia ha tenido, incluyendo una marcha pacífica de 15.000 unionistas por Edimburgo y 35.000 voluntarios a favor de la independencia realizando actos en todo el país.
Las encuestas sugieren que la contienda es extremadamente cerrada antes de la votación del jueves, que determinará si Escocia sigue siendo parte del Reino Unido o se convierte en un país independiente en 18 meses.
Los gerentes de varias de las cadenas minoristas más importantes advirtieron el sábado que los consumidores en Escocia encararían un alza de precios si se independiza.
En una carta común publicada en el periódico Daily Record, los gerentes de Marks and Spencer, B&Q y Timpson dijeron que su experiencia en el comercio entre fronteras nacionales les indica que siempre hay un aumento en trámites burocráticos y costos.
Los gerentes de supermercados plantearon preocupaciones similares durante la semana y varios bancos importantes indicaron que se verían obligados a cambiar sus sedes legales fuera de Escocia y hacia Inglaterra si las fuerzas del sí prevalecen.
Salmond ha dicho que estas advertencias son tácticas de miedo coordinadas por el primer ministro David Cameron para alejar a los escoceses de la independencia.