Los legisladores iraquíes aprobaron el sábado las propuestas del primer ministro Haider al-Abadi para ocupar los cargos vacantes en su gabinete, entre ellas los importantes puestos de Defensa e Interior, con lo que se completó el gobierno que deberá enfrentar la embestida del grupo Estado Islámico, que ha lanzado una ofensiva y ha capturado importantes territorios de Irak.
El control de los dos importantes ministerios de seguridad ha sido fuente de tensión entre las facciones políticas de Irak.
Estados Unidos y sus aliados han presionado para que se forme un gobierno con mayor representatividad e incluya a los suníes, que se sintieron marginados por el ex primer ministro Nuri al-Maliki. Se cree que el descontento de los suníes ha propiciado el rápido avance de Estado Islámico desde junio, cuando se hizo del poder en la segunda ciudad más importante de Irak, Mosul.
Jaled al-Obeidi, un legislador suní de Mosul, fue aprobado como ministro de Defensa por una votación de 175-85. Fue oficial en el ejército de Saddam Hussein y tiene un doctorado en ciencia política.
Mohamed Salem al-Ghabban, un legislador chií del grupo político de al-Abadi, fue aprobado como ministro del Interior por votación de 197-63. Tiene estudios en universidades de Teherán y Londres y cursa un doctorado en ciencia política en Bagdad. Fue opositor de Hussein durante muchos años y en 1979 estuvo detenido.
Hoshyar Zebari, político curdo y ministro de Exteriores durante mucho tiempo, fue nombrado ministro de Finanzas y antes había sido elegido viceprimer ministro. El legislador chií Adel Fahd al-Shirshab fue designado ministro de Turismo, mientras al curdo Bayan Nuri se le nombró ministro de asuntos para mujeres.
Irak enfrenta su peor crisis desde que en 2011 se retiraran las tropas de Estados Unidos. El grupo Estado Islámico controla actualmente una tercera parte del territorio.
Las fuerzas armadas iraquíes, entrenadas y equipadas por Estados Unidos, se derrumbaron ante el avance del grupo extremista y abandonaron armas que ahora son usadas por las milicias en los combates en Siria e Irak.
Muchos culparon a al-Maliki del pésimo desempeño del ejército, ya que le achacan haber sustituido a los oficiales más importantes con cuadros inexpertos o incompetentes que eran sus aliados sólo para monopolizar el poder. Desde 2010 hasta su renuncia, al-Maliki ostentó la titularidad de los ministerios de Defensa e Interior, en parte porque los legisladores se negaron a aprobar sus propuestas.
FUENTE: AP