Soldados sudaneses violaron al menos a 221 mujeres y niñas en una villa de Darfur en una serie de ataques organizados casa por casa el año pasado, afirmó el miércoles el grupo activista Human Rights Watch en un informe.
El director de la rama de la organización en África, Daniel Bekele, calificó el hecho como "un nuevo nivel de gravedad en el catálogo de atrocidades en Darfur".
El incidente está en el centro de un reciente derrumbe en las relaciones de Sudán con la comunidad internacional en torno a una región plagada de violencia durante más de una década.
Reportes de una violación masiva ocurrida a fines de octubre en Tabit surgieron rápidamente vía transmisiones de radio por sudaneses en el extranjero. Una misión conjunta de pacificación formada por las Naciones Unidas y la Unión Africana indicó inicialmente que no encontró evidencia, pero la representante especial de la ONU sobre violencia sexual en conflictos dijo que la fuerte presencia de fuerzas militares sudanesas durante su visita probablemente afectó los hallazgos de la misión.
El Consejo de Seguridad de la ONU exigió que Sudán permita una investigación exhaustiva. En lugar de ello, el presidente Omar al-Bashir ordenó el cierre de la oficina de derechos humanos de la misión del organismo internacional y se ha negado a permitir que la misión pacificadora visite la villa nuevamente.
El gobierno de Sudán dice que su propia investigación encontró que "no hubo un solo caso de violación". Rusia, un miembro permanente del Consejo de Seguridad, avaló esa conclusión.
Pero el nuevo informe, con base en más de 130 entrevistas telefónicas con sobrevivientes, testigos y desertores de las fuerzas armadas, señala que niñas de hasta 10 años de edad fueron violadas por soldados sudaneses, y que algunas mujeres y niñas fueron agredidas sexualmente varias veces y frente a sus familias.
El informe dice que Human Rights Watch "documentó 27 incidentes separados de violación y obtuvo información creíble respecto a otros 194 casos".
Una pregunta es por qué ocurrió. Testigos y sobrevivientes dijeron que las fuerzas armadas ordenaron a decenas de hombres que salieran de la villa mientras soldados ingresaban a las viviendas y acusaban a los residentes de haber matado a un soldado o de ayudar a tropas rebeldes. Luego violaron a mujeres y niñas.
El informe no encontró evidencia en la villa de presencia de fuerzas rebeldes, las cuales han estado combatiendo al gobierno desde 2003 a lo largo de una región extensa en el oeste de Sudán. Más de 300.000 personas han muerto en el conflicto, y más de 400.000 huyeron de sus viviendas el año pasado.
Testigos dijeron que algunos de los soldados armados y uniformados que participaron en la violación masiva estaban estacionados en la base del ejército a las afueras del poblado. Desertores de las fuerzas armadas dijeron que otros soldados eran de bases cercanas a El Fasher, capital de Darfur del Norte, y a la capital de Sudán, Jartum.
"Muchas víctimas y testigos reportaron que funcionarios del gobierno amenazaron con encarcelar o matar a quien hablara sobre los ataques", denunció Human Rights Watch. Entre quienes realizaron tales amenazas estuvo el comisionado local Al-Hadi Mohamed Abdalá Abdelrahman.
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En línea: http://hrw.org/node/132716/
FUENTE: AP