Con pancartas y un pliego de demandas en mano decenas de familiares marcharon el miércoles hacia la casa presidencial de El Salvador para exigir a las autoridades mejores condiciones para los pandilleros presos y sometidos a un régimen especial.
Unas 300 personas, en su mayoría madres y parejas exigieron al gobierno salvadoreño que elimine las medidas extraordinarias puestas en marcha en siete cárceles del país donde están recluidos miles de pandilleros a los que les han suspendido los privilegios penitenciarios para evitar que sigan ordenando homicidios y otros delitos como la extorsión.
"Los pandilleros pedimos: Campaña de salud médica, paquetes de uso personal e higiénico completo, visitas a familiares", se podía leer en un cartel que un grupo de mujeres portaba al frente de la marcha.
"Nuestros familiares tienen derechos como todos y exigimos que se nos permita verlos, que podamos llevarles ropa, comida", dijo a periodistas una mujer que se identificó como Cristina Hernández.
Las mujeres también reclamaron el derecho a la visita íntima suspendida por las autoridades de la Dirección de Centros Penales.
Luego de una matanza de 11 trabajadores que estremeció al país y que las autoridades atribuyeron a las pandillas el gobierno puso en marcha una serie de medidas extraordinarias incluidas la declaración del estado de emergencia en siete cárceles y el aislamiento de los cabecillas de estos grupos criminales.
Después la Asamblea Legislativa aprobó un paquete de medidas que afectan al sistema penitenciario y autorizó a las autoridades a someter a aislamientos severos a estos criminales. También se aprobaron medidas severas para las empresas telefónicas que no acaten la orden de bloquear las señales en los alrededores de las cárceles.