Los puertorriqueños acuden el domingo a las urnas para votar por un referendo con el cual buscan manifestar al Congreso estadounidense qué estatus desean para el territorio, que está sumido en una crisis que ha ocasionado el éxodo de miles de isleños a Estados Unidos.
El Congreso federal será el que tenga la última palabra sobre lo que elijan los votantes: estadidad, libre asociación/independencia o el actual estatus territorial.
Muchos esperan que la opción de estatidad domine la votación porque tres partidos que apoyan las otras opciones boicotearon el referendo, incluyendo el principal de oposición.
Entre aquellos que desean que Puerto Rico se convierta en el 51er estado de la unión americana se encuentra el ex congresista Pedro Pierluisi.
“Enviemos un mensaje fuerte y claro a Estados Unidos y el mundo entero”, dijo el sábado en un comunicado. “Y ese mensaje es que los puertorriqueños no solo deseamos la ciudadanía estadounidense, sino también trato igualitario”.
El plebiscito coincide con los 100 años de la concesión de la ciudadanía estadounidense a los puertorriqueños, que, no obstante, no pueden participar en las elecciones de Estados Unidos y tienen un solo representante en el Congreso, con poderes limitados.
Muchos creen que la condición territorial de la isla ha contribuido a la recesión económica que ya lleva 10 años y que fue provocada en gran parte por décadas de fuerte endeudamiento y la eliminación de incentivos federales. Puerto Rico está exento del gravamen federal sobre la renta, pero sí paga impuestos locales, por el Seguro Social y Medicare, y recibe menos fondos federales que las entidades de Estados Unidos.
Sea cual fuere el resultado del plebiscito, la última palabra la tendrá el gobierno estadounidense y muchos creen que un Congreso dominado por los republicanos no aprobará a Puerto Rico como 51er estado.
Esta es la quinta vez que Puerto Rico vota en un referendo buscando cambiar su estatus.
FUENTE: AP