Brasil Internacionales -  28 de agosto de 2018 - 14:52

La violencia vuelve a azotar a la favela modelo de pacificación en Río

La violencia en Río de Janeiro no da tregua y el hecho de que se haya quebrado la tranquilidad que reinó por tantos años en la favela de Santa Marta, comunidad modelo de la "Cidade Maravilhosa", evidencia aún más una problemática que no han podido superar los Gobiernos regional y nacional.

La favela de Santa Marta, ubicada en la zona sur de esta ciudad brasileña, fue la primera en beneficiarse con una política de seguridad conocida como "pacificación", que alejó a las bandas de narcotraficantes de varias de las barriadas de Río y acercó a las autoridades con sus comunidades.

Si bien las acciones de los pistoleros nunca desaparecieron, las acciones violentas no solo disminuyeron sino que durante más de seis años no se escuchó tiroteo alguno en esta favela.

No obstante, la situación ha cambiado en los últimos meses.

Los tiroteos reiniciaron en febrero, mes en el que el Gobierno de Michel Temer decidió darle al Ejército el control de la seguridad pública en Río para enfrentar la violencia que desde 2016 azota a todo este estado brasileño.

Esto lo confirmó el presidente de la Asociación de Moradores de Santa Marta, José Mario Hilario Dos Santos, quien afirmó a Efe que los tiroteos se incrementaron desde que el Segundo Batallón de Policía Militarizada empezó a realizar patrullajes en la zona. "Y en el último mes ha sido cosa de todos los días", dijo.

"No solo han aumentado los tiroteos -que ahora son diarios- sino que se están presentando muchas violaciones a los derechos de las personas. La policía es arbitraria, entra a la fuerza a las casas, tumbando las puertas, agrediendo a la gente", denunció Dos Santos.

La favela de Santa Marta, también conocida como Dona Marta por el cerro en que está ubicada, tiene unos 4.000 habitantes según el censo de 2010, es vecina del tradicional barrio de Botafogo y durante muchos años fue un importante punto de venta de drogas en la turística zona sur de Río de Janeiro.

En 1996 se hizo famosa por haber sido el lugar de grabación de un vídeo del cantante Michael Jackson, hecho por el que después fue visitada por otros famosos, como la diva del pop Madonna y la cantante Alicia Keys, quien también grabó un vídeo allí.

A través de un programa regional de seguridad, la comunidad de Santa Marta fue ocupada por la policía a finales de 2008 para expulsar a las bandas que se disputaban el control del tráfico de drogas allí, y desde entonces vivía en relativa paz y sin los frecuentes tiroteos que asustaban a sus habitantes.

El programa de "pacificación", que cumple 10 años en 2018, dio origen a las Unidades de Policía Pacificadora (UPP), pequeños cuarteles en las barriadas que dieron resultados en algunas favelas, como fue el caso de la de Santa Marta, que llegó a convertirse en modelo de este proyecto en Río.

En 2010 con la favela de Santa Marta comenzó un programa para fomentar el turismo en las barriadas pobres con ofertas como vistas espectaculares de la ciudad desde miradores, bailes de samba y funk.

Esta comunidad recibe decenas de turistas que suben diariamente sus escalinatas para conocer atractivos como la estatua de Michael Jackson y algunos miradores.

Pero ahora el turismo también está restringido. Los visitantes han disminuido porque "tienen miedo" y los 12 guías turísticos de la favela, que también son moradores en Santa Marta, han recibido la instrucción de las autoridades de limitar las visitas, que ahora sólo pueden hacerse cuatro horas por día, entre las 10.00 y las 14.00 hora local (13.00 y 17.00 GMT).

Para Dos Santos eso es el reflejo de un Gobierno que se olvidó de las favelas.

"El turismo se ha visto afectado, pero el morador es el primer perjudicado. Los niños y las familias tienen miedo de salir, pero usted no puede parar la vida, así que tiene que buscar el mejor momento para salir y hacer sus actividades. Aquí se acabó la paz, y el Gobierno no cambia nada. Nadie piensa en las favelas", aseguró.

Los moradores de Santa Marta no quieren hablar. Tienen miedo y los pocos que dicen algo coinciden con lo que dice Dos Santos.

"Los tiroteos volvieron cuando comenzaron de nuevo las patrullas y los enfrentamientos. Ellos (las autoridades) están matando de nuevo. Están entrando a la fuerza a las casas, oprimiendo a los habitantes porque para eso solo basta ser pobre negro y favelado", aseguro una moradora que no quiso que su nombre fuera revelado por posibles represalias.

Desde que se implementó la intervención militar en Río, el número de tiroteos subió un 40 % y las muertes por enfrentamientos con las fuerzas de seguridad fueron las más altas en 30 años, según la organización no gubernamental Observatorio de la Intervención.

En los poco más de seis meses de intervención 736 personas murieron en enfrentamientos ocurridos en operaciones de las fuerzas de seguridad y otras 2.617 fallecieron en homicidios dolosos.

FUENTE: EFE