Las calles de la capital de Sudán estaban desiertas el martes, un día después de que la cúpula militar que gobierna el país desalojara con violencia una sentada prodemocracia. Las autoridades dijeron que querían celebrar elecciones anticipadas.
En la operación militar del lunes murieron 35 personas, según los organizadores de la protesta.
La decisión del ejército de celebrar una votación dentro de siete meses cancela todos los acuerdos con los líderes de las protestas, que acamparon durante cuatro meses ante la sede del ejército en Jartum mientras ambas partes negociaban quién dirigiría el país tras la destitución del veterano autócrata Omar al-Bashir en abril.
El ejército formará un gobierno interino que prepare las elecciones, que contarán con supervisión internacional, indicó el líder del consejo militar, el general Abdel-Fattah Burhan.
Un periodista de Associated Press vio como manifestantes seguían levantando barricadas en los suburbios de Jartum, mientras las fuerzas de seguridad apostadas en el centro de la ciudad impedían el acceso al lugar donde estaba la sentada y colocaban controles en torno a la zona.
Dispersos por el sangriento asalto, los manifestantes prometieron continuar con su campaña, suspender el diálogo y convocar una huelga general y actos de desobediencia civil.
"Rechazamos lo que dijo Burhan. Ahora, han demostrado que son un golpe militar”, señaló Mohammed Yousef al-Mustafa, vocero de la Asociación de Profesionales Sudaneses (APS), el colectivo que encabeza las protestas.
El activista pidió además a la comunidad internacional y al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que no reconozcan a Burhan ni a las autoridades militares y que presionen a los generales para que entreguen el poder a unas autoridades encabezadas por civiles.
"No tenemos más opción que continuar con nuestras protestas y la desobediencia civil hasta la caída del consejo militar”, agregó.
Está previsto que el Consejo de Seguridad de la ONU aborde la represión en Sudán el martes en la tarde en una sesión a puerta cerrada convocada por Gran Bretaña y Alemania.
Burhan anunció que los líderes militares investigarán la violencia del lunes. No mencionó a las fuerzas de seguridad, pero apuntó que los líderes de las protestas eran responsables de la volátil situación porque estuvieron “extendiendo las negociaciones y tratando de excluir a otras fuerzas políticas y de seguridad” de participar en cualquier gobierno de transición, acusaciones rechazadas por al-Mustafa, vocero de la APS.
Los activistas dijeron que el asalto parecía ser una medida coordinada, con otras fuerzas atacando sentadas similares en Omdurman, la ciudad hermana de Jartum, y en al-Qadarif, en el este del país.
FUENTE: AP