¿Qué posibilidades tiene Mauricio Macri de obtener la relección con su modelo de ajuste económico o qué tan factible sería que el populismo regrese al poder en Argentina? Las primarias del domingo, que se llevarán a cabo en medio de un escenario electoral polarizado e incierto, podrían dar una señal de lo que sucederá en los comicios generales de octubre.
El principal rival del conservador Macri es Alberto Fernández, precandidato a presidente y cuya compañera de fórmula es la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner, quien aspira a la vicepresidencia.
Las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) fueron creadas en 2009 para “democratizar” la elección de los candidatos en el seno de cada partido. Para esta contienda todos los bloques ya tienen elegidos a sus postulantes, por lo que su relevancia radicará en mostrar el nivel de apoyo con el que cuentan para los comicios del 27 de octubre.
Luis Tonelli, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Buenos Aires, indicó a The Associated Press que estas primarias constituyen “un gran ensayo de orquesta donde vamos a ver qué instrumentos quedan, cuáles suenan más fuertes y cuáles están más silenciados. A partir de ahí empieza otro juego”.
Macri, un reformista que cuenta con el apoyo de los mercados y Estados Unidos, aspira a revalidar su poder pero se topa con un electorado desencantado que ha sufrido el costo del ajuste económico tras doce años de populismo liderado por el expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) y su sucesora y viuda Fernández de Kirchner.
Pese a que la imagen positiva de Macri evolucionó favorablemente en los últimos meses al detenerse la depreciación del peso y desacelerarse la inflación --lo que le permitió recortar la diferencia con Alberto Fernández-- todavía no le alcanza para hacerse del primer lugar en las primarias. Varias encuestas privadas de intención de voto le dan al kirchnerista una ventaja de entre 2 y 5 puntos porcentuales.
Tonelli indicó que desde de 1983, con el regreso de la democracia tras siete años de dictadura militar, no ha visto un proceso electoral “tan reñido y con tanta incertidumbre como el actual. Es una moneda al aire”.
Desde la reforma constitucional de 1994, que incorporó la reelección, todos los oficialismos que buscaron un segundo mandato obtuvieron una victoria electoral. Pero a diferencia de sus predecesores, Macri va en busca de su segundo periodo con una economía estancada, una tasa de desempleo de 10,1% y una inflación que alcanzó 22,4% en el primer semestre pero podría llegar a 40% al final del año, según analistas, y con una pobreza que afecta a más del 32% de la población.
Entre la resignación y el enojo, miles de personas colmaron días atrás el santuario de San Cayetano en Buenos Aires para pedir ayuda al santo del pan y el trabajo.
"Todas las semanas cierran fábricas, tanto en las provincias como en Buenos Aires”, dijo a la AP Estela Durán, una jubilada de 73 años que esperaba en una silla playera su ingreso al santuario.
La mujer confió en que la situación cambie con el regreso de Fernández de Kirchner al poder. “La trataron tanto de chorra (ladrona) a Cristina que hasta le cavaron fosas para ver si le encontraban (dinero) y no le encontraron nada”.
La actual senadora está siendo juzgada por presunta corrupción y tiene 13 procesamientos y siete pedidos de detención que ha logrado eludir por sus fueros como legisladora.
Otros manifestaron su apoyo a Macri en rechazo a las políticas populistas del Kirchnerismo.
Rubén Oliveros, de 29 años y quien agradeció tener trabajo, indicó que le dará una nueva oportunidad a Macri porque confía que "por este camino” el país progresará. "Siento que es un sacrificio que hacemos para tener un país mejor".
Macri alertó en un acto de campaña que las elecciones del domingo decidirán “si seguimos avanzando hacia el futuro o volvemos al pasado”.
Fernández cuestionó la política económica de Macri: “Bajaron la demanda y multiplicaron por dos la inflación. Y cuando le preguntan cómo va a bajar la inflación dice ‘voy a hacer lo mismo’. Por favor presidente, dese cuenta lo que está pasando”.
Fernández de Kirchner señaló en tanto que quiere que los argentinos recobren la felicidad. “Necesitamos unir los esfuerzos para dejar atrás esto tan feo que estamos viviendo... nunca pensé volver a ver familias enteras viviendo en la calle”.
Con su compañero de fórmula, el senador peronista Miguel Ángel Pichetto, Macri busca atraer a los peronistas que no se identifican con el Kirchnerismo. Los analistas entienden que Pichetto no aportaría tantos votos a Macri pero aseguraría a los indecisos una garantía de gobernabilidad por su gran capacidad para negociar con sus colegas y con los gobernadores peronistas de varias provincias.
Por su parte, Fernández fue jefe de gabinete de Néstor Kirchner y siguió ocupando el cargo durante el primer gobierno de Fernández de Kirchner (2007-2011) hasta que en 2008 renunció en medio de un enfrentamiento con la entonces mandataria que los distanció, tiempo durante el cual fue uno de sus más acérrimos críticos.
Los analistas creen que el exjefe de gabinete podría atraer el voto de aquellos kirchneristas que cuestionan el personalismo y la radicalización de las políticas populistas en el segundo mandato de Fernández de Kirchner.
El exministro de Economía Roberto Lavagna está muy atrás en intención de voto (entre un 11,7% y un 8,5%), pero ese nivel de apoyo podría ser clave para inclinar la balanza hacia uno u otro lado en un eventual ballotage que se celebraría en noviembre. En su mayoría los votantes de Lavagna son exvotantes de Macri, indecisos y peronistas críticos con el kirchnerismo.
Otro motivo por el que las primarias son relevantes es por su eventual impacto económico.
Los mercados “descuentan una victoria de Fernández” y un consecuente cimbronazo financiero los días siguientes, dijo a AP Matías Carugati, economista jefe de la consultora Management & Fit. “Cuanto más cerca esté Alberto del 45% de apoyo más nerviosos estarán los inversores porque con ese porcentaje se define (el triunfo) en la elección de octubre”.
La victoria de la fórmula peronista conllevaría “presiones sobre el tipo de cambio, el riesgo país y la bolsa...y las presiones se pueden llegar sostener a lo largo el tiempo”, afirmó el economista.
Para ser electo presidente se necesitan 45% de los votos o al menos 40% y tener una diferencia mayor a 10 puntos porcentuales sobre el segundo candidato más votado. En caso de no alcanzarse esas cifras se celebrará una segunda vuelta el 24 de noviembre.
Para este domingo están habilitadas para votar 33,8 millones de personas del total de 44,3 millones de argentinos. En general la cantidad de personas que votan en las primarias es menor que en los comicios generales.
Además de las de Macri, Fernández y Lavagna están inscritas otras seis fórmulas presidenciales en las elecciones del domingo en el que están habilitadas para votar 33,8 millones de personas. Las que no obtengan un mínimo de 1,5% de los votos no podrán participar en las elecciones de octubre.
Hasta ahora todos los sondeos de intención de voto para las elecciones generales permiten deducir que esta vez, como en 2015, la elección se definiría en un ballotage.
FUENTE: AP