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Una madrugada de combate a las pandillas en periferia de San Salvador

Provistos de pasamontañas y armas automáticas, decenas de agentes de élite de la policía salieron la madrugada del jueves a una peligrosa misión: detener a tres pandilleros sospechosos de tráfico de armas y drogas en el área rural de San Marcos, en la periferia de San Salvador.

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La operación en San Marcos formó parte de un vasto operativo en el que la policía logró detener a 121 miembros de diferentes estructuras criminales en todo el país. El esfuerzo se enmarca en el Plan Control Territorial, iniciado en junio de 2019 con el fin de atacar de forma frontal a las pandillas para reducir los homicidios y las extorsiones.

Bajo una leve llovizna, la jornada comenzó a las 02H30 locales (08H30 GMT) con una charla de la inspectora Delmi Ramos, quien explicó a la unidad táctica de choque la operación a realizar en una comunidad pobre ubicada entre cerros con calles de lodo.

Ramos insistió en la importancia de salir indemnes de la operación: "Ningún delincuente vale lo que vale su vida".

A bordo de 10 vehículos todoterreno, los agentes se dirigieron en caravana a un lugar identificado como El Champerío, una comunidad de improvisadas casas de láminas.

El lugar es un feudo de los pandilleros de Barrio 18, que según la inspectora Ramos, "mueven armas y drogas" y "tienen intimidada a toda la población de San Marcos".

Los perros ladraron ante la presencia de los agentes, que llevaron a cabo su operación a oscuras, a falta de alumbrado público.

En algunas viviendas y postes de la comunicad se veía el símbolo 18, en alusión a la pandilla.

Casi al amanecer, la policía logró dos de las tres detenciones previstas y allanó una casa.

Unos 30 agentes de equipos de choque participaron en la operación con chalecos antibalas, además de una decena de investigadores y fiscales.

"El plan Control Territorial sigue dando resultados satisfactorios, ya que hemos logrado la captura de 121 personas (este jueves) por diversos delitos en diferentes puntos del país", informó la Policía Nacional Civil (PNC) en Twitter.

En El Salvador, las pandillas tienen unos 70.000 miembros, más de 17.000 de ellos encarcelados, y se dedican a la extorsión, el narcotráfico y otras actividades ilegales.

El Ministerio de Justicia y Seguridad Público consignó que entre el 1 de enero y el 12 de octubre se registraron 1.010 homicidios en El Salvador, lo que significó una reducción del 51% en comparación con igual período de 2019.

Estadísticas oficiales facilitadas a la AFP indican que desde enero hasta este jueves se contabilizan 7.977 pandilleros detenidos, de los cuales 4.928 son de la Mara Salvatrucha (MS-13), del Barrio 18 de la facción Sureños 2.001, y del ala de Revolucionarios 953. El resto son de otras pandillas minoritarias.

Con 6,6 millones de habitantes, El Salvador fue en 2019 uno de los países sin guerra más violentos del mundo, con 35,6 homicidios por cada 100.000 habitantes. La mayoría de esas muertes fueron consecuencia de la actividad pandillera.