El número de muertos en los enfrentamientos tribales en el estado de Darfur Oeste, en la frontera de Sudán con Chad, renovados este domingo, ha aumentado a 83 personas y otras 160 han resultado heridas, anunciaron hoy fuentes médicas y testigos.
El Comité de Médicos del estado dijo en un comunicado publicado en su página en Facebook que han contabilizado "83 muertos y 160 heridos, incluidos miembros de las Fuerzas Armadas”, un día después de que estallaran los choques entre dos tribus: una árabe y otra de origen africano.
Como consecuencia de los enfrentamientos, que se desataron después de la muerte de un joven en un campamento de desplazados ubicado cerca de la ciudad, las autoridades locales impusieron el toque de queda en todo el estado, lo que ha afectado al trabajo de los médicos.
“El movimiento de los equipos médicos sigue siendo difícil así como el de los donantes de sangre desde y hasta los hospitales por el toque de queda que no excluye a nadie”, añadió el comunicado.
Por su parte, residentes de la ciudad relataron a Efe que los enfrenamientos se han renovado en la ciudad este domingo y que los sonidos de armas pesadas se escucharon en diferentes lugares de la ciudad, incluido en el campamento, donde se vieron columnas de humo.
Igualmente, fuentes de seguridad, que pidieron no ser identificadas, dijeron a Efe que refuerzos militares han llegado a la ciudad para imponer la seguridad.
Por su parte, el Presidente del Movimiento Justicia e Igualdad de Sudán, Gebreil Ibrahim, tildó estos enfrentamientos de “tragedia humana”.
“Los acuerdos de paz no tienen ni sentido ni sabor si no llevan a la paz común. El Estado debe buscar los motivos de sedición y erradicarlos, así como proveer la seguridad a los ciudadanos sin demora", escribió en su cuenta oficial de Twitter.
Los últimos incidentes tienen lugar dos semanas después de que terminara el mandato de la misión de paz de la ONU en Darfur, UNAMID, el pasado 31 de diciembre.
La misión fue desplegada en Darfur en 2007 en medio de una cruenta guerra civil que dejó entre 2003 y 2008 más de 300.000 muertos, según la ONU, y en la que se enfrentaron tribus árabes y africanas, las primeras utilizadas por Jartum contra los habitantes que denunciaban discriminación del Gobierno central.