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La educación vial, una asignatura pendiente en Panamá

Personas que se juegan la vida cruzando autopistas a pie, vehículos que adelantan por la derecha, autobuses que exceden peligrosamente los límites de velocidad... Este es el día de las carreteras de Panamá, un país que tiene en la educación vial una de sus grandes asignaturas pendientes.

"Desde que vivo en Panamá no he vuelto a manejar. Me da miedo, la gente es muy agresiva al volante. Cada vez que voy a tomar un taxi, intento montarme en un auto con cinturón, pero casi ninguno tiene en la parte trasera", reconoció a Efe una joven europea, que declinó dar su nombre.

El año pasado murieron en el país centroamericano 440 personas en distintos accidentes de tránsito, casi 20 más que en 2015. Una cifra nada desdeñable teniendo en cuenta que Panamá es un país de poco más de 4 millones de habitantes.

En lo que va de año, la cifra ya supera las 200 personas, según los datos de la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre de Panamá (ATTT).

El portavoz del Movimiento de Víctimas de la Violencia Vial de Panamá, Toribio Díaz, dijo en declaraciones a Efe que a los accidentes de tránsito hay que llamarlos "actos de violencia vial" y que los conocimientos de la sociedad panameña sobre cómo funciona el tráfico son "nulos".

"La mayoría de las víctimas en las carreteras son jóvenes menores de 30 años y esto se debe a la mala formación y preparación que reciben en las escuelas de manejo (autoescuelas)", aseguró Díaz.

La asociación busca, entre otras cosas, que haya certeza de castigo y que se endurezcan las penas hasta los 8 y 15 años para aquellos conductores que provoquen accidentes mortales por ir bajo los efectos del alcohol o por exceso de velocidad.

"Los homicidios culposos por agravantes tienen una pena irrisoria de entre 3 y 5 años. Nuestro código penal castiga más a una persona que ha robado una vaca (el hurto pecuario tiene una pena de entre 8 y 10 años) que a alguien que mata a otra persona por conducir a 160 kilómetros por hora", denunció el activista.

Si se desagregan los datos de mortalidad vial, la situación es especialmente sangrienta entre los peatones, ya que las muertes por atropello representan casi la mitad de las víctimas totales. De las 440 muertes que se dieron el año pasado, 196 fueron atropellos, frente a las 177 de 2015. En lo que va de año, al menos 68 personas han perdido la vida atropelladas, según datos de la ATTT.

El director de Educación Vial y Defensa del Usuario de la institución, David Ramírez, afirmó en una entrevista con Acan-Efe que se ha conseguido reducir la mortalidad entre motoristas y ciclistas, ya que estos solo representan el 3 % de las muertes totales, pero admitió que la cifra de peatones arrollados sigue siendo preocupante.

"Lo de los ciclistas y motorizados lo conseguimos gracias a muchas campañas para concienciar sobre el uso del casco. Nuestra estrategia con los peatones está enfocada en las escuelas porque los niños son todos peatones", indicó Ramírez.

El funcionario explicó que la ATTT tiene un convenio firmado con el Ministerio de Educación (Meduca) y desde el inicio de la actual Administración de Gobierno, en julio de 2014, imparte nociones básicas de educación vial en algunos colegios de educación primaria.

El objetivo, añadió, es convertir a los niños en los policías de sus propios padres, para que les terminen diciendo "papá vamos a cruzar por el paso de peatones".

Para la asociación de víctimas, hay "demasiados" factores que explican las altas cifras de atropellos, entre las que se encuentran la poca señalización, la falta de aceras y semáforos, y el escaso transporte público, que ayudaría a todas luces a descongestionar de vehículos las calles.

"Se hacen esfuerzos muy aislados, pero no hay un mandato legal para promover la educación vial en escuelas e instituciones públicas. Se necesita una verdadera política de Estado que no pueda ser cambiada por los distintos gobiernos", concluyó el presidente de las víctimas.

FUENTE: EFE