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Cientos de feligreses llegan a Portobelo para rendir honor al Cristo Negro

Devotos procedentes de distintos puntos del territorio nacional, continúan este sábado llegando hasta Portobelo para rendir honor al Cristo Negro.

Son cientos los feligreses que llenos de fe y devoción, poco a poco llegan hasta la Iglesia de San Felipe, para entregar sus ofrendas, hacer alguna petición o pagar mandas por los favores concedidos por El Nazareno, como también se le conoce.

En el peregrinaje se puede observar, como es costumbre, a muchos de los creyentes vestidos con la tradicional túnica morada similar a la que viste el Santo, con ofrendas, escapularios y también pagando alguna mandas de rodillas, arrastrados o simplemente caminando con lo que llevan puesto, quienes buscan llegar y participar de la procesión de este 21 de octubre en honor al Cristo.

Cabe señalar que hay muchas versiones sobre la llegada del Cristo Negro de Portobelo, una de ellas cuenta que en Taboga se hizo la petición a España de Jesús de Nazareno, mientras que en Portobelo pidieron a la misma persona la imagen de San Pedro. Se produjo una equivocación al enviar las imágenes quedando el nazareno en Portobelo y San Pedro en Taboga y al intentar intercambiarlas, siempre sucedía algo en Portobelo que lo impedía, lo que para los lugareños fue un mensaje divino.

Otra historia indica que un barco que se dirigía hacia Cartagena Colombia, cada vez que intentaba zarpar desde Portobelo una tormenta lo impedía por lo que tuvieron que liberar el barco de carga, dejando en Portobelo una caja que según lugareños al abrirla se encontraron con la imagen del El Nazareno.

Mientras que una tercera versión dice que lugareños se encontraron en el mar una caja con la imagen del Cristo adentro, durante una epidemia de cólera y luego de abrirla, días después se acabó el mal.

Cabe señalar que tanto la Alcaldía de Portobelo, como la Policía Nacional, Servicio Nacional Aeronaval, el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) y la Cruz Roja, garantizan la seguridad tanto de los peregrinos como residentes del pueblo.

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FUENTE: Nimay González