Héctor tiene muerte cerebral y está conectado a una máquina que lo mantiene con vida, pero su hijo tiene la esperanza de que vuelva a reaccionar. Tanto así que no quiere entender que su padre está en estado vegetal.
Victoria se solidariza con la familia de Héctor y le da todas las condiciones y servicios que puedan necesitar del Santa Rosa.
La relación entre María Clara y Carlos se vuelve cada vez más tensa.