La doctora le dijo a Reyyan que, si daba a luz al bebé, no sobrevivía al parto y que deben adelantarlo. Reyyan le dijo que quería dar a luz a su bebé, aunque sepa las consecuencias, porque tendrá una viva hermosa junto a su padre, aunque ella no esté allí; ya que, al tratarse de la vida de su hijo, piensa en sacrificar la suya.
Miran, quién había tenido una pesadilla de la desaparición de su hijo, despierta y mira una nota que le dejó Reyyan, diciendo que salió a caminar. Reyyan por su parte, firmó un documento para continuar con su embarazo, a pesar de las consecuencias.
Reyyan dice que una madre por su hijo, ni siquiera duda en sacrificarse.