Hace unos pocos días la mismísima Kim Kardashian certificaba la muerte del selfies, su forma de retrato favorita hasta ese momento, asegurando que se trataba de una moda obsoleta y que personalmente ya no tenía la paciencia ni el tiempo necesario para llenar sus redes sociales de imágenes suyas poniendo morritos para la cámara delantera de su teléfono.
"Ya no me saco selfies, han dejado de gustarme. Hay vida más allá de pasarse el día sentada y sacándose selfies. Me gustaría poder vivir un poco más el momento. No me importa tanto que me saquen fotos, pero no quiero seguir pasándome el día pendiente de mi teléfono", explicaba la estrella televisiva.Sin embargo, no ha pasado ni una semana y la esposa de Kanye West ya ha caído en la tentación de fotografiarse ante el espejo de su vestidor en ropa interior, uno de sus atuendos favorito para este tipo de posados.
La propia Kim parece haber reconocido la inutilidad de resistirse a uno de sus pasatiempos favoritos al acompañar la instantánea del título: "WTP", abreviatura de la expresión "what's the point?" y que se traduciría al español como "¿de qué sirve?".Puede que -para alegría de muchos- Kim no vaya a ser capaz de desterrar los selfies de su Instagram, pero lo cierto es que la celebridad sí ha sido capaz de reducir considerablemente la información personal que comparte en esa plataforma desde que fuera víctima de un atraco a mano armada en París después de que los ladrones siguieran cada uno de sus movimientos a través de sus redes sociales.
"Se suponía que tenía que pasarme a mí, se suponía que debía aprender de ello. Cuando la vida te ofrece estas señales, es porque tienes que prestarles atención y actuar en consecuencia. Y creo que estas vivencias me han servido para ser mejor persona y para apreciar lo que de verdad importa en la vida, que son mis hijos. Ahora me preocupo mucho más por lo que muestro en público y soy más precavida", explicaba a la revista Business of Fashion.
FUENTE: Showbiz