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¿Siesta en peligro? España pondera cambio de horario

La celebrada siesta española pudiera enfrentar algunos ajustes modernos.

Partidos políticos están prometiendo dar marcha atrás a las manecillas del reloj en España y eliminar un trastorno horario que data de la Segunda Guerra Mundial, en un paso que pudiera cambiar radicalmente los hábitos de dormir y comer de los españoles.

Hasta la década de 1940, España estaba en el horario de Greenwich (GMT), al igual que Gran Bretaña y Portugal. Pero durante la Segunda Guerra Mundial, España, Gran Bretaña y otros países añadieron una hora, colocándose en el mismo horario que Alemania nazi, para maximizar el tiempo en las fábricas para que la gente pudiese irse a casa antes de los apagones.

Mientras que Gran Bretaña revirtió al GMT tras la guerra, España, bajo la dictadura de Francisco Franco, no lo hizo. Eso llevó a que casi todo se haga en España una hora más tarde que lo que sería natural.

Los horarios laborales varían ampliamente, pero muchos españoles comienzan a trabajar a las 10:00 a.m. y terminan a las 8:00 p.m. El almuerzo generalmente es a las 3:00 p.m. y la cena puede empezar a las 10:00 p.m., lo que puede llevar a irse tarde a la cama y menos tiempo para dormir.

Ahora, el presidente en funciones, el conservador Mariano Rajoy, dice que si logra formar otro gobierno —las elecciones fueron en diciembre— buscará una nueva ley de equilibrio vida-trabajo que cambiaría a España a su viejo horario.

La ley incluiría un día laboral que termine a las 6:00 p.m., eliminando con ello las largas pausas de una hora para almuerzo que muchos aprovechan para siestas.

Rajoy dijo que la racionalización de los horarios de trabajo y de instituciones del gobierno es vital.

Nuria Chinchilla, profesora de la escuela de negocios IESE que trabajó en un estudio del 2013 que pidió el cambio de horarios, dijo que el paso beneficiaría tanto a empresas como a la gente. El estudio concluyó que tener una hora de adelanto significaba que los españoles dormían una hora menos que lo recomendado, con efectos negativos en la productividad, el ausentismo, el estrés, accidentes y retención escolar.

No hemos estado en nuestro huso horario por más de 70 años, indicó la académica.

Algunos dicen que la medida pudiera acabar con las siestas, pero Chinchilla lo desestima, diciendo que la siesta no es tan prevalente como lo era. La profesora resalta que la siesta no es algo común en Barcelona ni en Madrid, donde, afirma, nadie se va a su casa a almorzar.

Las propuestas de Rajoy son similares a las de dos partidos que buscan también formar gobierno — los socialistas y Ciudadanos. Pero ningún partido ha conseguido suficiente respaldo en el parlamento para lograrlo, lo que hace cada vez más probable una nueva elección.

Eso significa que no habría cambios de horario en el futuro cercano, y más oportunidades de robarse una siesta cuando llegue el verano.

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