Amazon puso su colosal red de operaciones y su avanzada tecnología a disposición del presidente Joe Biden para la distribución de 100 millones de vacunas contra COVID-19 a la población estadounidense durante los primeros 100 días de su gobierno.
“Estamos preparados para aprovechar nuestras operaciones, tecnología de la información y capacidades y pericia en comunicaciones para ayudar en sus esfuerzos de su gobierno para la vacunación”, escribió el director ejecutivo de la división de Consumo Mundial de Amazon, Dave Clark, en una carta dirigida a Biden. “Nuestra escala nos permite causar un impacto significativo inmediatamente en el combate contra el COVID-19, y estamos listos para ayudarle en este esfuerzo”.
Amazon agregó que de antemano ha dispuesto que un proveedor externo de atención médica ocupacional administre las vacunas directamente en sus instalaciones a sus empleados una vez que ellos sean requeridos.
Amazon cuenta con más de 800,000 empleados en Estados Unidos, escribió Clark, en su mayoría trabajadores esenciales que no pueden laborar desde casa y deberían ser vacunados lo más pronto posible.
En su segundo día en el puesto, Biden se aprestaba el jueves a firmar 10 órdenes ejecutivas relacionadas con la pandemia, pero el gobierno afirma que los esfuerzos para impulsar la distribución de las vacunas se han visto obstaculizados por la falta de cooperación del gobierno de Trump durante la transición. El nuevo gobierno ha señalado que no cuenta con la información completa sobre las acciones de la administración pasada respecto a la distribución de la vacuna.
Biden también depende de que el Congreso le otorgue 1.9 billones de dólares para ayuda económica y respuesta ante el COVID-19. Existe una letanía de quejas de los estados que afirman que no han recibido vacunas suficientes pese a que se les pidió vacunar a un amplio sector de la población.
De acuerdo con los datos hasta el 20 de enero de la Universidad Johns Hopkins, el promedio de muertes diarias en Estados Unidos para un periodo de siete días aumentó en las últimas dos semanas de 2,677.3 el 6 de enero a 3,054.1 el miércoles. Más de 400,000 personas han muerto de COVID-19 en Estados Unidos.