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El Poás, majestuoso volcán que maravilla a miles de turistas en Costa Rica

Para observar el majestuoso cráter del volcán Poás en Costa Rica hay que tener una buena cuota de suerte para que las nubes, a 2.700 metros de altitud, se aparten y despejen un escenario que maravilla a cientos de miles de turistas locales e internacionales cada año.

Situado en la Cordillera Volcánica Central, el Poás cuenta con uno de los cráteres más grandes del mundo con un diámetro de 1.320 metros y una profundidad de 300 metros, adornado con agua de color celeste.

Esta laguna rica en azufre y ácidos mide 400 metros de diámetro y es capaz de provocar lluvia ácida al secarse.

Este maravilloso escenario del cráter de tonalidades grises y negras, unido a las fumarolas, es observado por decenas de miles de turistas que cada año llegan al sitio para conocer de cerca al volcán activo.

Aunque no expulsa lava, el Poás mantiene una actividad constante de emanación de gases en las fumarolas y esporádicamente de erupciones freáticas (gases y rocas).

Al panorama que ofrece el cráter se unen los senderos del Parque Nacional Volcán Poás, que permiten a los visitantes entrar en contacto con una flora característica de la altura y el bosque nuboso combinada con los daños que le causan los gases volcánicos.

También es posible encontrarse con aves y con las juguetonas ardillas, que poco a poco se han ido acostumbrando a la presencia de los turistas y se acercan a ellos con curiosidad.

Otro gran atractivo de este sitio es la Laguna Botos, de origen pluvial y 400 metros de diámetro, que cubre un antiguo cráter volcánico con aguas frías y cristalinas.

Para llegar al mirador de esta laguna de agua verde hay que internarse unos 20 minutos en el bosque acompañado muchas veces de la lluvia constante que caracteriza a la zona.

La lluvia típica del bosque nuboso convierte a este Parque Nacional en una fuente importantísima de recurso hídrico para Costa Rica y supone el nacimiento de numerosos ríos.

Esta zona protegida también es la casa de 79 especies de aves, entre las que se destacan el tucancillo verde, el colibrí, el quetzal, el gavilán, el jilguero y el yigüirro, que es el ave nacional del país.

Además, en el Parque Nacional se destaca la presencia de coyotes, martillas, el coatí, varias especies de felinos, el perezoso, el puerco espín, ardillas, entre otros.

El Parque Nacional Volcán Poás, fundado en 1971, es el más antiguo de Costa Rica y también el más visitado con cerca de 400.000 personas al año, gracias a su cercanía con la capital, San José, de poco más de 60 kilómetros.

Según datos del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) el Parque Nacional abarca 6.506 hectáreas de extensión que van desde los 1.200 metros sobre el nivel del mar hasta los 2.708 en una de las mayores cumbres de Costa Rica.

La constante actividad del volcán también supone un riesgo, ante lo que las autoridades del Parque cuentan con un plan de emergencias para evacuar rápidamente el sitio en caso de que el coloso realice alguna erupción.

Desde el 2005 el Poás comenzó un ciclo de actividad freática que no ha causado daños ni heridos, pero que sí ha obligado a cierres temporales del Parque Nacional con el fin de cuidar la integridad de los turistas.

El volcán Poás es considerado como una de las maravillas naturales de Costa Rica, un país que se ha posicionado a nivel mundial como un destino turístico por excelencia para los amantes del medioambiente y la naturaleza.

Costa Rica, nación de 4,7 millones de habitantes, recibió en 2014 2,53 millones de turistas extranjeros, quienes generaron ingresos cercanos a los 2.600 millones de dólares.

El turismo emplea directamente a unas 150.000 personas y de forma indirecta a otras 400.000 en este país centroamericano que alberga a cerca del 4,5 % de la biodiversidad del planeta, lo que constituye en uno de sus principales atractivos.

FUENTE: EFE