PARIS (AFP) - Algunos terremotos propagan ondas más rápidas que la velocidad del sonido que pueden llegar hasta los 21,600 km/h, y sus sacudidas telúricas secundarias no se producen en la falla principal, revela un estudio publicado en la edición del viernes de la revista estadounidense Science.
Ciertos sismos, como el registrado recientemente en China, se suelen originar debido a la compresión entre dos placas tectónicas. Otros, más raros, son provocados por un deslizamiento horizontal de una placa respecto a la otra, como el de Izmir (Turquía) en 1999.
"Son sismos cuya velocidad de ruptura es muy rápida, más rápida que la velocidad a la que se propagan las ondas sísmicas mayores, un fenómeno del que hemos tenido conocimiento recientemente", dijo a la AFP uno de los autores del estudio, Michel Bouchon, de la universidad Joseph Fourier de Grenoble, en el este de Francia.
"Esto cambia la expansión y el movimiento de suelo generado por estos sismos", agregó.
De modo que "la zona de la falla se queda especialmente tranquila después del sismo y las sacudidas secundarias se producen lejos de allí, sobre estructuras secundarias activadas por la ruptura" que liberó estas ondas muy rápidas, explica Hayrullah Karabulut, del Observatorio Kandili en Turquía.
"Los temblores secundarios muestran que algunas fallas, que antes pensábamos que estaban inactivas, fueron reactivadas parcialmente por el terremoto", aseguran en su artículo.
Tales sismos tienen lugar en "ciertas fronteras entre placas en entorno continental, cuando estas dos placas están en movimiento horizontal, la una respecto a la otra", como sucede en California con la de San Andrés, en Turquía con la falla norte de Anatolia, o en Tíbet, afirma Bouchon.
Según él, se producen a lo largo de fallas en distancias largas y lineales, bastante rectas.
FUENTE: Agencia AFP