El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, desestimó los temores de que la eurozona caerá en una deflación, el fenómeno donde los precios van bajando y se debilita el crecimiento económico. Sin embargo enfatizó que en caso de necesidad empleará nuevos medios para contrarrestar esa amenaza.
Una nueva caída en la tasa de inflación en marzo, a 0,5%, generó temores de que la eurozona caería en la deflación, una situación en la cual los consumidores postergan sus compras con la esperanza de obtener gangas más adelantes y las compañías redicen precios para atraer compradores. Esa caída en espiral puede detener el crecimiento económico durante años.
Después que el BCE resolvió mantener su tasa de interés referente en 0,25%, el nivel más bajo de la historia, y no brindar mayores estímulos, Draghi observó que las cifras inflacionarias son acordes con los pronósticos del banco de un "período prolongado de baja inflación".
Pero el banco elevó el tono de la retórica para demostrar que no desconoce el peligro.
Draghi dijo que el consejo gobernante del BCE ha resuelto por unanimidad mantener una política monetaria de acomodarse a las circunstancias y está dispuesto a poner en marcha rápidamente "medidas no convencionales... para enfrentar el riesgo de un período excesivamente prolongado de inflación baja".
Tales medidas podrían incluir una nueva ronda de préstamos baratos a bancos o compras en gran escala de bienes financieros, la llamada "infusión de circulante" que está aplicando la Reserva Federal estadounidense. Con ello aumentaría la cantidad de dinero en circulación con el fin de reducir las tasas de interés de mercado y alentar la inflación. Pero semejante medida enfrenta obstáculos legales, políticos y técnicos.
El BCE también podría reducir su tasa de depósito por debajo de cero para castigar a los bancos que retienen fondos en el BCE en lugar de prestarlos.
Draghi dijo que a diferencia de la reunión mensual anterior, todas las medidas, incluida la infusión de circulante, fueron discutidas.
Según los analistas, la declaración demuestra que la persistencia de la baja inflación preocupa al BCE, pero no hasta el punto de tomar medidas.
Carsten Brzeski, del ING Bank, observó que el tono de Draghi indica un "nivel de alerta más alto que antes".
FUENTE: AP