Aunque siempre se ha enorgullecido del éxito que le ha acompañado tanto en España como en Latinoamérica, el cantante Carlos Baute reconoce ahora que a veces no puede evitar sentir cierta melancolía por aquellos años en los que el anonimato le permitía disfrutar de una vida caracterizada por la privacidad más absoluta."Extraño muchísimo el anonimato. ¡Me encantaría ser un desconocido! Y el que diga lo contrario está mintiendo. Una cosa que entiendo es que la gente quiera hacerse fotos conmigo. Pero lo que ocurre es que se ponen nerviosos, sale movida o sin flash y hay que volver a hacerla. Y eso al final acaba cansando", confesó el artista venezolano al periódico argentino Diario de Cuyo.De hecho, el astro de la música ha sido testigo en varias ocasiones de cómo el exceso de atención mediática ha llegado a poner en peligro su imagen pública y, de forma más concreta, su estable matrimonio con la modelo Astrid Klisans.
"A veces, ser famoso me mete en líos. Por ejemplo, en la playa en España hay chicas que hacen topless y te piden que te saques una foto con ellas. Luego esa foto aparece en Facebook y los medios dicen que Carlos Baute se lo pasa bien. A mí eso puede meterme en un lío enorme. Incluso recuerdo una vez que estaba en el baño y alguien me pidió que me sacara una foto con él. ¡Estaba en el orinal! Es algo alucinante", añadió al mismo medio.A pesar de los contratiempos de la fama, Baute también es consciente de que su popularidad le ha permitido promocionar su trabajo por todo el mundo y, al mismo tiempo, conocer a fondo las diferentes culturas de los países que visita, unos conocimientos que no duda en plasmar en sus diferentes proyectos musicales.
"He tenido la suerte de estar en España y en Europa y eso te acaba influyendo en tu manera de hacer música. La música latina no tiene nada que ver con la de allá así que, en cierto modo siempre te enriquece. Soy como una mezcla de España y Latinoamérica", señalaba el cantante en una entrevista al periódico La Opinión.