Los premios al hombre del año entregados por la revista GQ consiguieron congregar un año más a un sinfín de celebridades en la ceremonia organizada este miércoles en Ciudad de México para homenajear a los ganadores.
Pese a la presencia de algunas de las estrellas más internacionales del país como Kate del Castillo o Diego Boneta, todas las miradas se fijaron en dos de las invitadas por el incómodo momento que estuvieron a punto de protagonizar a lo largo de la velada.Se trataba de la modelo Tania Ruiz, la actual novia del antiguo presidente mexicano Enrique Peña Nieto, que realizaba en ese evento su primera aparición pública desde que ambos fueran sorprendidos cenando en un restaurante de Nueva York disfrazados con pelucas y gafas, pero ese no fue el motivo por el que se convirtió en el centro de atención.
La joven Sofía Castro, hija de la actriz Angélica Rivera y, por tanto, una de las hijastras en su momento de Peña Nieto, también se encontraba entre los asistentes y la posibilidad de que se produjera un cara a cara sobre la alfombra roja se convirtió en uno de los grandes reclamos de la noche.
Aunque ese encuentro no llegó a producirse, ambas mujeres hablaron con los medios allí presentes con mucha naturalidad para aclarar, en el caso de Sofía, que su madre está centrada en retomar su carrera interpretativa y que, a título personal, ella sentía un gran cariño hacia la que fuera su familia durante más de una década: su padrastro y los tres hijos de este.
"Con él hay una relación de cariño, de respeto y de mucho agradecimiento por los doce años que vivimos juntos", aclaró con mucha madurez.Tania, por su parte, habló de la polémica que se formó en torno a las imágenes en que Peña Nieto y ella lucían pelucas para aclarar que solo estaban tratando de conseguir algo de privacidad y aseguró que ya conocía a los hijos de su pareja, pero sin mencionar en ningún momento a sus hijastras: "De ese tema no vamos a hablar", concluyó cuando le preguntaron por la presencia de Sofía.
FUENTE: Showbiz