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La clase política de EEUU exige respuestas al caso Petraeus

WASHINGTON (AFP). La clase política estadounidense, preocupada por posibles daños a la seguridad nacional, reclamaba este lunes aclaraciones sobre el caso de adulterio que llevó a la inesperada renuncia del director de la CIA, David Petraeus, tres días después de la reelección del presidente Barack Obama.

En su edición del lunes, The New York Times informaba que altos responsables del FBI y el Departamento de Justicia estaban al tanto del caso desde el pasado verano (boreal), pero no informaron a nadie fuera de su círculo hasta la semana pasada, cuando el general dimitió.

Petraeus, al frente de la CIA desde hace poco más de un año, anunció el viernes que el jueves presentó su renuncia al presidente Obama, quien la aceptó el día siguiente.

Este lunes es festivo en Estados Unidos, pero el martes representantes del Congreso tienen previsto reunirse con dirigentes de la CIA y el FBI para que les comuniquen los últimos detalles de la investigación.

Mientras tanto, los políticos continúan exigiendo una explicación sobre la investigación del caso y su impacto o daño potencial a la seguridad nacional.

La dimisión de Petraeus se produjo tras una serie de correos electrónicos "amenazantes" enviados por la amante del general a una segunda mujer a quien ella habría considerado una rival.

Un líder republicano se preguntó el domingo por qué, si había temor a una fuga de información confidencial, el FBI tardó varios meses en informar del caso al gobierno de Obama.

"Tengo serias preguntas sobre esto", dijo a la cadena CNN Peter King, republicano y alto responsable del Comité de Seguridad Interior de la Cámara de Representantes. "Creo que hay que mirar la cronología (del caso) y analizar qué ocurrió".

"El FBI debería haber hablado con el presidente, de hecho ahora lo hará, pues parece que se dio cuenta el día de la elección que el general estaba implicado", dijo King.

La presidenta del Comité de Inteligencia del Senado estadounidense, la demócrata Dianne Feinstein, dijo el domingo en Fox News que "no ha habido violación de la seguridad nacional". "Hasta la fecha, no ha habido", insistió.

Sin embargo, Feinstein señaló que el comité investigará por qué el FBI no le informó del caso Petraeus: "Deberíamos haber sido informados, es algo que podría tener un efecto en la seguridad nacional".

También dijo que no hay "absolutamente ningún" vínculo entre la renuncia del jefe de la CIA y el ataque al consulado de Estados Unidos en Bengasi (Libia) el 11 de septiembre, cuya manejo por parte del gobierno de Obama sigue siendo criticado.

Sugiriendo la existencia de una conspiración, los republicanos recordaron que el exdirector de la CIA debería responder el jueves ante los legisladores, pero será ahora reemplazado por Mike Morrell, que ocupa el cargo interinamente.

Sin embargo, Feinstein ha indicado que el general Petraeus "podría" ser llamado a declarar.

Funcionarios no identificados dijeron a la prensa que la amante de Petraeus era Paula Broadwell, una exmayor del Ejército de 40 años que pasó largos períodos entrevistando al héroe de la guerra en Irak para su libro "All In: The Education of General Petraeus" (no traducido).

Broadwell no ha hecho comentarios.

En las fuerzas armadas estadounidenses, el adulterio puede ser considerado un delito. Como director de la CIA, Petraeus era un civil, pero la potencial violación de la seguridad lo dejó expuesto a un eventual chantaje.

Las declaraciones ambiguas formuladas en Denver (Colorado) a fines de octubre por Broadwell, la amante de Petraeus, podrían reactivar los interrogantes sobre lo que sabía el hasta ahora director de la CIA y lo que pudo haberle dicho a ella.

"La antena de la CIA (en Bengasi) tenía de hecho varios combatientes libios prisioneros y se piensa que el ataque contra el consulado puede haber sido un intento por liberarlos", había declarado Broadwell en una conferencia en la Universidad de Denver.

"Sugerir que la agencia se ocupa todavía de cuestiones de detenciones es falso y sin fundamento", dijo a la AFP un portavoz de la CIA.

Steven Boylan, un coronel retirado del ejército y exportavoz de Petraeus, dijo que su exjefe le dijo durante el fin de semana que el romance con Paula Broadwell comenzó unos dos meses después de asumir la dirección de la CIA y terminó hace cuatro meses.

The New York Times y The Washington Post, citando a un funcionario informado del tema, publicaron el sábado que el caso se conoció por varios correos electrónicos de "acoso" enviados por Broadwell a una segunda mujer que, según el Post, se asustó tanto que recurrió al FBI.

Según medios estadounidenses, la destinataria de esos mensajes era Jill Kelly, de 37 años y residente en Tampa (Florida, sudeste). La mujer sería una vieja amiga del general, sin otro vínculo afectivo con éste, según allegados a Petraeus.

La investigación se concentrará en Petraeus, quien fue interrogado por el FBI "hace dos semanas", según funcionarios de policía citados por The Washington Post.

The New York Post citó a un oficial del gobierno diciendo que los correos electrónicos de Broadwell incluían frases como: "Sé lo que hiciste", "Vete", "Aléjate de mi hombre".

Broadwell, casada con un radiólogo, vive en Charlotte (Carolina del Norte, este) y tiene dos hijos pequeños.

Según ese diario, las dos mujeres parecían "competir por el reconocimiento (de Petraeus), no por su afecto".

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