El suboficial Roberto Osorio, presunto cabecilla de una trama de desvío de dinero correspondiente al combustible suministrado a la Policía Nacional, fue detenido hoy cerca de la frontera con Brasil, cuando supuestamente se disponía a abandonar Paraguay, informaron las autoridades.
Osorio, de 41 años, estaba imputado junto a otras cuatro personas por supuesto uso irregular de tarjetas metálicas de la estatal Petropar para surtir de combustible a la Comandancia de la Policía Nacional.
El policía viajaba junto a su esposa en una camioneta por la ruta internacional número 7 de Paraguay, y presumiblemente ambos "se aprestaban a cruzar la frontera con dirección a la República de Brasil", según un comunicado de la Policía.
El detenido, que contaba con una orden de captura en su contra dictada por la Fiscalía paraguaya, fue trasladado al Departamento de Investigación de Delitos y de la Jefatura de Policía de Alto Paraná, al este de Paraguay.
En el marco de la operación, los agentes se incautaron de una cartera de mano que contenía dinero en efectivo, así como de un contrato de autorización de conducir vehículos a nombre de la mujer, y un teléfono celular.
La investigación se abrió la semana pasada tras una denuncia del ministro del Interior, Francisco de Vargas, sobre la existencia de un presunto fraude en torno al convenio entre la petrolera estatal Petropar y la Comandancia de la Policía Nacional.
El convenio autoriza a las estaciones de servicio de Petropar a proveer de combustible a la Policía Nacional mediante tarjetas metálicas, que según la denuncia fueron utilizadas para extraer sumas que ascenderían a un total de 1.159.242.441 guaraníes (unos 230.000 dólares).
Osorio fue imputado en la noches del jueves en calidad de autor de los presuntos delitos de estafa, producción de documentos no auténticos y enriquecimiento ilícito, y la Fiscalía solicitó para él la prisión preventiva.
Junto al suboficial también fueron imputados el comisario Juan Mendoza, también como autor de estafa y producción documentos no auténticos, y tres empleados de varias estaciones de servicio de Petropar, procesados por hurto, estafa y complicidad con los dos policías.
La fiscalía sigue investigando si las irregularidades, que fueron detectadas por el sistema informático de Petropar, se extendieron por más meses y en ellas participaron otras personas.