Bernie Sanders, precandidato presidencial demócrata, está tratando de expandir su coalición liberal acercándose a los votantes de las minorías que en dos ocasiones impulsaron al presidente Barack Obama hacia la Casa Blanca.
Como senador federal por Vermont, un estado abrumadoramente de raza blanca, Sanders sigue siendo mayormente desconocido entre los votantes hispanos y negros, electores cruciales del Partido Demócrata. Es un problema electoral que espera resolver en las próximas semanas, con presentaciones ante votantes de las minorías en Phoenix, Houston y en la reunión de la Conferencia del Liderazgo Cristiano del Sur en Louisiana en los próximos días.
"Quiero hablar respecto a la mancha del racismo en este país", dijo el lunes a cientos de activistas hispanos reunidos para la conferencia nacional del Consejo Nacional de La Raza. "Estados Unidos se convierte en una mejor nación, en una nación más fuerte, cuando estamos unidos como pueblo y con voz fuerte y clara decimos 'no' a toda forma de racismo e intolerancia".
Sus fuertes declaraciones marcan un cambio de tono con respecto a su inicio de campaña, la cual ha realizado hasta ahora pocos intentos de mejorar su imagen en comunidades de minorías. Su mitin de inicio de campaña en la orilla del Lago Champlain en Burlington contó una serie de oradores blancos, incluidos los fabricantes de helados Ben & Jerry's, y no mencionó asuntos como control de armas e inequidad racial.
En lugar de enfocarse en asuntos más actuales sobre justicia penal y control de armas —como la masacre en una iglesia en Charleston, Carolina del Sur_, Sanders ha abordado las relaciones raciales a través de la perspectiva del movimiento por los derechos civiles, de décadas de existencia, y del asunto más amplio de la creciente inequidad en el ingreso.
"Tengo un largo historial de lucha por los derechos civiles", dijo Sanders en una entrevista el mes pasado con ABC News. "Comprendo que mucha gente en la comunidad afroestadounidense pudiera no entender eso".
Ante un Partido Demócrata cada vez más diverso, la capacidad de Sanders para atraer una base más amplia de apoyo determinará si se convierte en una amenaza seria para Hillary Clinton, quien tiene una ventaja dominante para las elecciones primarias, o si permanece más como un candidato de blancos liberales. Cuatro de cada 10 votantes identificados como demócratas en la elección de 2012 no eran de raza blanca, un aumento pequeño con respecto a cuatro años antes, según un análisis de 2013 de Gallup.
Clinton ha dedicado meses a cortejar a votantes de las minorías. Ella está enfocada fuertemente en inmigración y política de justicia penal, asuntos que tienen resonancia particular en comunidades hispanas y afroestadounidenses. El martes tiene planeado reunirse en el Capitolio con grupos influyentes de legisladores negros, hispanos y originarios de la región de Asia-Pacífico.
Hablando el lunes en Kansas City, Clinton enfatizó su apoyo a la aprobación de una reforma integral de inmigración, prometió extender la orden ejecutiva de Obama que pospone la deportación de personas traídas ilegalmente al país siendo niños, y acusó a los republicanos de apoyar políticas que no otorgarían a trabajadores sin permiso de estancia en el país un camino a la ciudadanía.