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Elección presidencial en Burundi tras noche de tiroteos y explosiones

Los burundeses votaron este martes para elegir a su presidente en un clima de tensión tras una noche de tiroteos y explosiones que causaron la muerte de dos personas en Buyumbura, la capital.

Unos 3,8 millones de burundeses figuraban en el padrón de esta elección boicoteada por la oposición, que considera inconstitucional la candidatura de Pierre Nkurunziza a un tercer mandato presidencial.

Nkurunziza fue elegido presidente por primera vez en 2005 y reelecto en 2010.

En Buyumbura, una fuente policial indicó este martes que un policía murió por la explosión de una granada en el barrio de Mutukura y un civil murió tiroteado en el barrio de Musaga.

Son "actos terroristas" tendientes a "intimidar a los electores", denunció Willy Nyamitwe, principal consejero de comunicación de Nkurunziza.

Las oficinas electorales cerraron a las 16H00 locales (14H00 GMT). El presidente de la Comisión Electoral, Pierre-Claver Ndayicariye, indicó a la AFP que los resultados no se darán a conocer antes de las próximas 48 horas.

En términos generales, en Buyumbura y el resto de Burundi, la participación parecía inferior a la de las elecciones legislativas del 29 de junio, según varios periodistas presentes en diferentes zonas del país.

No obstante, Ndayicariye afirmó que la participación era comparable a la de las últimas elecciones legislativas (74%).

Tras la victoria del gobernante CNDD-FDD, en las legislativas y comunales del 29 de junio boicoteadas por la oposición, el triunfo de Nkurunziza en la presidencial se da por hecho, ya que se enfrenta a cuatro candidatos de formaciones aliadas al poder.

Aunque su principal opositor, Agathon Rwasa, no retiró oficialmente su candidatura, no hizo campaña.

En la escuela de Saint-Etienne, en el centro de la capital, los electores después de votar corrían hacia una fuente para borrar del dedo pulgar la marca de tinta que confirmaba que votaron.

"Borramos la tinta porque la gente no quiere que votemos", dijo a la AFP un elector recién salido del colegio electoral.

"No quiero volver a mi barrio con la tinta en el dedo", dijo una electora en el barrio de Gyosha, noreste de la capital.

La candidatura del actual presidente sumió al país, desde finales de abril, en una grave crisis política salpicada de disturbios y manifestaciones violentamente reprimidas, en muchas ocasiones con disparos de armas de fuego, que han dejado más de 80 muertos.

Varios medios de comunicación privados fueron silenciados y muchos periodistas y opositores tuvieron que pasar a la clandestinidad o exiliarse.

Los Imbonerakure, organización juvenil del partido gobernante CNDD-FDD, calificados de "milicia" por las Naciones Unidas, instauraron un clima de intimidación.

La Unión Europea y otros países estimaron que este clima imposibilitaba la celebración de unos comicios creíbles y amenazaron con congelar la cooperación si las autoridades no aplazaban de nuevo la elección, pospuesta ya en dos ocasiones.

Tras iniciarse la votación, Estados Unidos estimó que estos comicios carecen de credibilidad y "desacreditarán aún más al gobierno".

El gobierno advirtió por su parte que habría un vacío institucional si expirara el mandato de Nkurunziza el 26 de agosto sin haberse celebrado las elecciones.

Este pequeño país africano de los Grandes Lagos ha tenido dificultades para recuperarse de una larga guerra civil y de una historia poscolonial caracterizada por los golpes de Estado.

El gobierno desbarató en mayo un intento de golpe de Estado militar y puso fin en junio, mediante una brutal represión, a mes y medio de manifestaciones casi diarias en Buyumbura.

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FUENTE: AFP