Estados Unidos ofreció un nuevo pacto militar a Rusia contra el grupo extremista Estado Islámico y Al Qaeda en Siria, según una propuesta filtrada.
Si se materializa, el acuerdo podría cambiar de forma drástica la participación estadounidense en la guerra del país árabe, iniciada hace más de cinco años.
El documento publicado por The Washington Post pide bombardeos conjuntos, una base de mando y otros esfuerzos sincronizados. Oficiales de los dos países con experiencia en inteligencia, designación de objetivos y operaciones aéreas "trabajarían juntos para derrotar" a grupos extremistas, según el documento de ocho páginas.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, que tenía previsto discutir la propuesta en Moscú más tarde el jueves, declinó hacer comentarios.
"Voy a Moscú, me reúno con el presidente (Vladimir) Putin esta noche", dijo Kerry a los periodistas en París. "Tendremos mucho tiempo para hablar de ello y les daré una idea de dónde estamos".
Una asociación de este tipo socavaría los meses de críticas estadunidenses contra la intervención militar de Rusia en Siria.
Y alinearía a Washington del lado del principal valedor internacional del presidente sirio, Bashar Assad, pese a las peticiones realizadas por Estados Unidos durante años de que el mandatario abandone el poder.
Rusia estaría obteniendo lo que ha querido desde que intervino en Siria a finales de septiembre: una alianza internacional. Estados Unidos había rechazado antes una cooperación de este tipo con Moscú, acusando a los rusos de emplear la lucha contra el terrorismo como pretexto para proteger a Assad. Washington también ha acusado al Ejército y la Fuerza Aérea rusa de reiteradas violaciones de las treguas con grupos moderados respaldados por Estados Unidos o sus aliados.
Funcionarios estadounidenses dijeron que por el momento no se ha alcanzado ningún acuerdo. No estaba claro cuáles eran las perspectivas de que se alcanzara no.
"No vamos a hacer comentarios sobre detalles de documentos que no se han aprobado o acordado", dijo un miembro destacado del Departamento de Estado, que pidió anonimato al no estar autorizado a comentar el asunto.
El "Grupo de Aplicación Conjunta" tendría su sede en Amán, Jordania. En su nivel más básico, los antiguos enemigos de la Guerra Fría compartirían información de inteligencia y sobre objetivos. Pero deben "coordinar procedimientos para permitir operaciones integradas" si Estados Unidos y Rusia deciden que estas operaciones están entre sus intereses.
Rusia limitaría los ataques aéreos a objetivos seleccionados y no permitiría que las tropas sirias bombardearan "áreas designadas". Habría algunas excepciones.
Esa colaboración militar forma parte de lo que las autoridades estadounidenses presentan como una oferta final a Moscú. A cambio, Estados Unidos quiere que los rusos presionen a Assad para que ponga fin a los bombardeos contra grupos milicianos moderados y población civil, y permita un acceso sin trabas a zonas rebeldes bajo asedio. Washington también quiere la ayuda de Rusia para obligar a Assad a iniciar una transición política que en definitiva pondría fin a los 40 años de gobierno de su familia.