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La junta militar levanta las restricciones políticas en Tailandia

La junta militar tailandesa levantó hoy las restricciones a las actividades políticas impuestas tras el golpe de Estado de 2014 en una orden que allana el camino a las elecciones previstas para el próximo 24 de febrero.

En la orden publicada en el boletín oficial de Tailandia, las autoridades golpistas indicaron que un decreto real deberá fijar oficialmente la fecha para los comicios.

La medida elimina la prohibición a las reuniones de carácter político de más de cinco personas y permite a los partidos organizar actos públicos y reanudar sus actividades financieras con fines políticos.

Sin embargo, la iniciativa no afectará a los casos de personas juzgadas en tribunales militares por vulnerar prohibiciones de la junta en el pasado.

Los comicios, cuya celebración ha sido aplazada varias veces desde la asonada, están inicialmente previstos para el 24 de febrero del año que viene, si bien aún no han sido convocados de forma oficial.

Durante el último año, la junta militar levantó algunas restricciones a los partidos, a los que permitió reunirse, inscribirse en la comisión electoral y elegir a candidatos.

Paopoom Roajanasakul, vicesecretario general del partido Puea Thai -agrupación expulsada del poder por la asonada-, dijo a Efe que con la última orden la junta militar ha restituido un derecho que prohibió en el pasado.

"Es un buen comienzo", aseveró Paopoom, quien no obstante expresó su recelo de las estrategias de la junta militar para debilitar a los partidos políticos.

Sunai Phasuk, investigador de la ONG Human Rights Watch, afirmó que, aunque ha levantado las restricciones a las actividades políticas y de reunión, la junta aún persigue la "crítica y las opiniones disidentes".

"Los disidentes pueden ser arrestados y puestos bajo custodia militar en cualquier momento (...) Tailandia no se encamina a la democracia", afirmó Sunai en su cuenta de Twitter.

El primer ministro y jefe de la junta militar, Prayut Chan-ocha, no ha aclarado si quiere postularse a un segundo mandato, pero los analistas políticos y los medios locales estiman que es muy probable.

Según una encuesta reciente de la Universidad de Rangsit entre 8.000 personas en todo el país, el 27 por ciento de los encuestados apoyó a Prayut como el mejor candidato a primer ministro, seguido de la líder del Puea Thai, Sudarat Keyuraphan, con el 18,16 por ciento.

Un 15,55 por ciento se decantó por el ex primer ministro y líder del Partido Demócrata, Abhisit Vejjajiva, y el 9,68 por ciento por Thanathorn Juangroongruankit, un adinerado empresario fundador del joven Partido Nuevo Futuro.

De carácter iracundo, el primer ministro ha usado sus poderes para perseguir a disidentes, al tiempo que ha cortejado a los empresarios con promesas de estabilidad y a las clases populares con ayudas financieras.

Prayut se hizo con el poder en mayo de 2014 mediante un golpe de Estado incruento cuando era jefe del Ejército, cargo que abandonó cuatro meses más tarde, con la excusa de imponer orden y luchar contra la corrupción y las divisiones políticas en medio de protestas antigubernamentales.

Sin embargo, sus críticos lo acusan de tratar de mantenerse en el poder y de perseguir a sus adversarios, principalmente a los miembros de la familia Shinawatra, que han ganado todas las elecciones desde 2001 bajo diferentes marcas políticas (Thai Rak Thai, Partido del Poder del Pueblo y Puea Thai).

La nueva Constitución, redactada por una comisión elegida a dedo por los militares, establece un Congreso de 500 miembros elegidos mediante elecciones y un Senado de 250 escaños no electos, incluidos los jefe del Ejército y de la Policía.

Las normas electorales van a atomizar el número de partidos en el Parlamento y los senadores no electos tendrán una gran influencia en la elección del próximo primer ministro.

Tailandia ha vivido 20 golpes de Estado o intentonas desde que se abolió la monarquía absoluta en 1932.

FUENTE: EFE