El presidente panameño, Ricardo Martinelli, anunció el miércoles que dos antiguas mansiones del exgeneral Manuel Antonio Noriega, preso en Panamá desde 2011, serán demolidas en la capital por ser criaderos del mosquito Aedes Aegypti transmisor del dengue.
"Estoy mandando a tumbar la casa de Noriega y la (que ocupaba) su hija", dijo Martinelli a periodistas durante un acto público en el que señaló que tomó esta medida luego de que se enterara por la televisión de las quejas de vecinos del exclusivo sector de San Francisco por la abundancia de mosquitos que provienen de ambas residencias.
Martinelli indicó que en la ciudad no puede haber criaderos del mosquito y que el Gobierno Nacional invertirá "todos los recursos" necesarios para erradicarlos.
Las dos propiedades fueron confiscadas al exmilitar tras su detención por las tropas estadounidenses que invadieron Panamá el 20 de diciembre de 1989 y, según imágenes de la televisión local, lucen derruidas y con charcos de agua que favorecen los criaderos de mosquitos trasmisores del dengue.
Estas residencias se encuentran localizadas en el exclusivo residencial de Altos del Golf, en San Francisco, y están valoradas una en 4,3 millones de dólares y la otra en 1,8 millones de dólares.
El Gobierno ha intentado sin éxito subastar ambas fincas por un monto de 6 millones de dólares, pero nadie en el mercado se ha atrevido a comprarlas.
Por su parte, el abogado de Noriega, Julio Berrios, dijo a los periodistas que ambas propiedades fueron compradas por Noriega con dineros lícitos y que actualmente las mismas están en proceso de reclamo por los familiares del exgeneral ante la Justicia panameña.
Berrios añadió que si tienen que ir hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos lo harán porque al confiscarlas "se ha violado el derecho de propiedad adquirida conforme a la Ley".
Sobre el abandono en que están las dos residencias y las quejas de los vecinos por ser criaderos de mosquitos, Berrios señaló que el Estado es el responsable de darles mantenimiento "y no lo ha hecho".