Este viernes, Corea del Sur lanzó su primer satélite espía militar desde Estados Unidos, a bordo de un cohete de la compañía espacial privada Space X, del magnate Elon Musk. El lanzamiento se produjo desde la Base Vandenberg de la Fuerza Espacial de Estados Unidos, en el estado de California, y el satélite es transportado por un cohete Falcon 9 la empresa.
El satélite de Seúl despegó menos de dos semanas después de que Corea del Norte lanzara su propio satélite espía. Si logra exitosamente ser puesto en órbita, será el primer satélite de observación militar de Corea del Sur y podrá monitorear las actividades norcoreanas, que se presume cuentan con armas nucleares.
El satélite se colocará en una órbita de entre 400 y 600 kilómetros sobre el nivel del mar, según la agencia de noticias surcoreana Yonhap, y será capaz de detectar en tierra un objeto de tan solo 30 centímetros.
Para controlar las actividades de Pyongyang, "hasta ahora, Corea del Sur se ha basado en gran medida en los satélites de reconocimiento estadounidenses", explicó a la AFP Choi Gi-il, profesor de la Universidad Sangji.
Planes personales de Corea del Norte
Aunque el país "ya logró lanzar un satélite de comunicaciones militares, un satélite de reconocimiento tardó mucho más debido a los mayores desafíos tecnológicos", añadió. Pero después del exitoso lanzamiento de un satélite espía por parte de Corea del Norte, "el gobierno de Corea del Sur también debe demostrar que puede hacerlo".
Desde el lanzamiento del satélite norcoreano "Malligyong-1" la semana pasada, Pyongyang afirma que pudo observar importantes puntos en Estados Unidos y Corea del Sur. Sin embargo, no se han hecho públicas ningunas imágenes de los avistamientos que alega logró realizar.