Unas 50 imágenes de Cristo con hasta 450 años de antigüedad fueron "bañadas" y purificadas hoy por pobladores del municipio de San Martín de Hidalgo, en el occidental estado mexicano de Jalisco, como preparación para la celebración de Semana Santa.
Las imágenes, elaboradas de forma artesanal con madera, pasta de caña, resina y otros materiales, son sacadas de las casas donde permanecen todo el año y cargadas por sus dueños hasta el templo de El Calvario.
Ahí son purificadas con incienso y aseadas mediante el "baño de Cristos", una ceremonia en la que los propietarios limpian las efigies con algodones impregnados con aceites y cremas especiales.
El profesor e historiador Sergio Zepeda explicó a Efe que esta tradición se mantiene desde hace siglos, aunque en los últimos 50 años cambió la forma de hacerlo para no dañar la mayoría de las imágenes, reliquias de entre 250 y 450 años, que fueron restauradas hace unos años.
"Unos eran mojados y hasta tallados con diferentes cepillos, que fue lo que los restauradores ya no permitieron. Ahora simplemente hay que limpiar con algodón o la esencia que les fue otorgada para ello", dijo el académico.
Las familias han tenido a los Cristos por generaciones y los resguardan con fervor. Doña Juana García tiene tres imágenes. Dos de ellas se las dejó su abuelo y la otra se la cedió una vecina hace 60 años.
Para ella, seguir con la tradición es mantener viva la memoria de sus ancestros.
"Es una tradición de nuestros antepasados; ya se murieron nuestros padres y seguimos nosotros", dice la mujer, y afirma que las figuras le hacen sentir cerca de Dios.
Una vez purificadas, las efigies -que miden desde 30 o 40 centímetros hasta dos metros- son llevadas durante la tarde del miércoles a una procesión por las calles del pueblo, un ritual que marca el inicio de las conmemoraciones del jueves y viernes santos.
Las familias son acompañadas por un "varón" o padrino, quien les ayuda a bajar la imagen de Cristo de su cruz, además de ser el encargado de confeccionar el cendal o taparrabo que portará durante los siguientes días.
El Cristo de Silvia García tiene cerca de 450 años y permanece en una de las habitaciones de su casa. Es uno de los más antiguos y llama la atención porque es de los pocos que tiene movilidad en sus brazos, con la intención de poder bajarlo de su cruz de madera de mezquite.
"Es algo con lo que nací; recuerdo que yo gateaba y el Cristo estaba ahí en casa de mi abuela. Para mí es muy significativo porque es la fe que mi papá nos inculcó", afirma la mujer, quien representa la sexta generación que conserva esta imagen en su familia.
Este año Silvia decidió que el cendal fuera de color negro con motivos religiosos dorados en memoria de su padre, fallecido hace unos meses y quien le fomentó conservar la tradición.
Los pobladores de San Martín de Hidalgo realizarán este jueves y viernes la representación de la última cena, así como de la pasión de Jesucristo, para luego dar paso al "tendido de Cristos", donde cada familia "vela" de manera simbólica el cuerpo de Jesús tras su muerte.