MÚNICH (AFP). Argentina empieza ya a creer en sus posibilidades en el Mundial de fútbol de Sudáfrica (11 junio-11 julio) tras su gran triunfo por 1-0 sobre Alemania, el miércoles en un amistoso en Múnich, aunque Lionel Messi sigue sin brillar con la camiseta albiceleste.
El éxito ante el equipo germano en el Allianz Arena de la capital bávara supuso no sólo una victoria de prestigio en un duelo entre dos históricos del fútbol mundial, sino un cambio en el estado de ánimo del equipo, que vivió su mayor alegría en mucho tiempo.
Tras los problemas en las eliminatorias mundialistas sudamericanas, las derrotas frente a España (2-1) y Cataluña (4-2) en amistosos y los dos tímidos y deslucidos encuentros ganados por la mínima a Costa Rica (3-2) y Jamaica (2-1) en este arranque de 2010, el equipo por fin se consagró ante un grande.
Pero la felicidad no fue completa y su teórica gran estrella, Messi, volvió a estar desaparecido, sin el juego desequilibrante y el talento desbordante que atesora en el Barcelona y que le han convertido oficialmente en el mejor jugador del mundo, tras su mágico 2009 con los colores del club catalán.
"Yo siempre voy a ser un agradecido a Leo por jugar como juega y Pep (Guardiola) le agradecera lo que haga en el Barça. Cada uno lo usa de acuerdo a lo que necesita el equipo. Le agradezco a Dios que Messi sea argentino", aseguró el técnico albiceleste en la rueda de prensa tras el encuentro.
La 'Pulga' no destacó especialmente sobre el césped muniqués y cedió el protagonismo arriba a sus compañeros Ángel Di María, muy rápido por la banda y que estrelló un balón en el larguero, y Gonzalo Higuaín, autor del único tanto del encuentro, en un contragolpe.
Las primeras intervenciones de Messi llegaron a balón parado, con dos faltas desde el lateral que puso con efecto, pero sus compañeros, especialmente Jonás Gutiérrez en la segunda, no pudieron conectar por apenas centímetros.
Pero enseguida quedó claro que iba a tener problemas para desarrollar su juego del Barça y moverse con libertad, al estar constantemente vigilado y sin apenas margen de maniobra, ante una zaga en la que Petr Mertesacker y Philipp Lahm volvieron a estar muy sólidos.
El rosarino disputaba en Múnich su primer partido del año con Argentina, después de sus premios individuales de finales de 2009 (Balón de Oro y Jugador Mundial FIFA), que aprovechó para marcarse un reto: sumar éxitos con su selección, al nivel que se ha acostumbrado con el Barcelona.
De esta forma, respondía a las críticas recibidas en su país por una teórica falta de compromiso con la elástica del país, algo que Messi siempre ha rechazado al asegurar sentir al máximo el peso de la histórica camiseta.
En lo que se refiere al choque, Argentina demostró una gran capacidad para presionar al rival y un talento decisivo de sus estrellas, aunque tuvo que lamentar la lesión del defensa Martín Demichelis, que fue sustituido por Nicolás Burdisso al poco de iniciarse la segunda mitad.
"Si Dios quiere, vamos a dar un buen campeonato del mundo a nuestra gente", dijo Maradona tras ganar el amistoso en suelo alemán.
Para Messi, que viene de firmar un pleno de seis títulos en 2009 con su club, incluida la Liga, Liga de Campeones y el Mundial de clubes, el título en Sudáfrica supondría la joya más preciada de su ya nutrido palmarés, tras sus repetidos éxitos con el Barcelona y con las categorías inferiores del equipo nacional.
FUENTE: Agencia AFP