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Austríaco acusado de incesto acepta culpabilidad de todo

ST. POELTEN, Austria (AP). El hombre enjuiciado por procrear siete hijos con su hija y mantenerla 24 años en cautiverio se declaró culpable hoy miércoles de todas las acusaciones, incluso homicidio negligente, después de escuchar el testimonio estremecedor de la víctima.

Tras señalar que había cambiado de parecer, el austríaco Josef Fritzl admitió su culpabilidad en el tercer día del proceso que captó la atención de los medios de comunicación del mundo por sus características escabrosas.

"Me declaro culpable de los cargos en la acusación", dijo Fritzl, de 73 años, a un panel de jueces, y mencionó en un momento lo que llamó "mi conducta enfermiza".

Fritzl enfrenta una pena máxima de cadena perpetua por la acusación de homicidio negligente, la cual en un principio había cuestionado junto con el cargo de esclavitud. Los fiscales también lo acusaron de violación, incesto, prisión forzada y coacción.

Por su parte, una siquiatra dijo a la corte el miércoles que Fritzl tenía un trastorno grave de personalidad y que era una amenaza a pesar de su edad en caso de ser liberado. La siquiatra Adelheid Kastner recomendó que Fritzl purgue la sentencia en un pabellón psiquiátrico.

Cuando el juez le preguntó qué le había llevado a cambiar de opinión, Friztl respondió que fue el testimonio videograbado de su hija Elisabeth. El acusado, los jurados y el resto del tribunal escucharon once horas del testimonio en sesiones a puertas cerradas el lunes y martes.

Una fuente confirmó un informe de la prensa de que Elisabeth estuvo presente en el tribunal el martes.

La hija fue el principal testigo de cargo. Ahora de 42 años, tenía 18 cuando su padre la aprisionó en un sótano sin ventanas que éste había construido en la casa familiar en el pueblo de Amstetten.

El cargo de homicidio negligente se debió a la muerte de un niño, Michael, nacido a Elisabeth en abril de 1996 que, según los médicos, podría haber sobrevivido con atención médica adecuada de no haber estado encerrado junto con su madre en el sótano.

Fritzl manifestó pesar de no haber sacado al infante de la mazmorra para buscar atención médica. "No sé por qué no ayudé", dijo el acusado. "Pensé que el pequeño sobreviviría. Debí haberme dado cuenta de que no estaba bien".

Después de declararse culpable en el tribunal que sesiona en St. Poelten, al oeste de Viena, y del testimonio de la siquiatra, el juicio se aplazó hasta el jueves por la mañana.

Expertos legales dijeron que el jurado de todos modos tiene que pronunciar su veredicto pese a la admisión de culpa del acusado, aunque su confesión puede posibilitar una sentencia menos severa. El veredicto y sentencia se anticipan para el jueves después que la fiscalía y la defensa pronuncien sus alegatos finales.