MANILA, Filipinas (AP) — El tifón más fuerte del mundo en lo que va del año se impactó en las primeras horas del viernes en tierras filipinas, cortando los servicios de telecomunicaciones y cerrando caminos en el centro del país, en medio de temor a que deje graves daños y un alto número de fallecimientos.
Las líneas telefónicas al parecer quedaron estropeadas porque era difícil comunicarse hasta el lugar donde el meteoro impactó con la costa, 650 kilómetros (405 millas) al sureste de Manila, donde el tifón Haiyan castigó un área rural del país.
Autoridades dijeron que el meteoro tenía vientos sostenidos de 345 kilómetros por hora (170 millas por hora) cuando tocó tierra por el poblado de Guiuan, en la provincia de Samar del Este.
Poco antes, el Centro Conjunto de Advertencia de Tifones de la Armada de Estados Unidos en Hawái informó que los vientos sostenidos máximos de la tormenta eran de 314 kilómetros por hora (195 millas por hora), con ráfagas de hasta 379 kph (235 mph).
Un meteorólogo informó que el tifón Haiyan sería el ciclón tropical más fuerte al tocar tierra del que se tenga registro.
"Habrá daños catastróficos", dijo Jeff Masters, un meteorólogo experto en huracanes y que es director de la firma privada estadounidense Weather Underground.
"No hay muchas construcciones que puedan soportar vientos de 195 millas por hora", opinó Masters.
Miles de personas han evacuado las villas que están en el paso de meteoro.
El único punto positivo es que la tormenta avanza rápido, por lo que las inundaciones causadas por las fuertes lluvias —que por lo general causan la mayor cifra de muertes por tifones en Filipinas— tal vez no sean tan malas, dijo Masters.
Según los pronósticos, Haiyan pasará por la región central del país el viernes y sábado antes de salir al Mar de China el domingo, con dirección a Vietnam.
Gobernadores y alcaldes supervisaban la evacuación de miles de vecinos, que se alejaron de comunidades propensas a deslaves e inundaciones ante la llegada del tifón, dijo Eduardo del Rosario, jefe de la agencia gubernamental a cargo de respuesta a desastres. Más de 125.000 personas fueron desalojadas de pueblos y villas.
Imágenes de televisión mostraban una calle inundada hasta el nivel de la rodilla, con agua arrastrando escombros volados por los fuertes vientos. Delgadas láminas de techo arrancadas de construcciones volaban por las calles.
El presidente Benigno Aquino advirtió a la población que abandone las zonas peligrosas, incluyendo 100 comunidades costeras donde según los meteorólogos la marea podría subir 7 metros (23 pies).
Aquino pidió a la población que mantenga la calma y evite hacer compras de pánico y aseguró al público que fueron adoptadas medidas de tiempos de guerra: helicópteros y aviones militares están preparados para intervenir, así como 20 navíos de la Marina armada.
"Ningún tifón puede poner de rodillas a las Filipinas si permanecemos unidos", dijo en un discurso transmitido por televisión a todo el país.
El archipiélago sufre los embates de unas 20 tormentas tropicales al año, en su mayoría violentas y destructoras. Haiyan es la tormenta número 24 que afecta a Filipinas este año.
Soldados del ejército ayudaban a transportar alimentos empacados y otros artículos de primera necesidad a las comunidades más remotas y hay varios helicópteros listos, dijeron las fuerzas armadas.
"Mi mayor temor es que el ojo del tifón pase sobre nosotros. Espero que no", dijo a la AP Edgardo Chatto, gobernador de la isla de Bohol en el centro del país, donde el mes pasado un terremoto dejó un balance de más de 200 muertos.
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Los periodistas de Associated Press Oliver Teves y Teresa Cerojano en Filipinas, y Seth Borenstein en Washington, contribuyeron a este despacho.